A Chicago, y vamos viendo

Mi nombre es Isabel, tengo 24 años y soy de Madrid. Hace algo más de un año y medio cogí un vuelo y comenzó mi aventura en Chicago. Pero mejor voy a empezar desde el principio.

En 2014 empecé a estudiar ingeniería industrial en la ETSII UPM en Madrid. Desde el principio, di con un grupo de amigos que me ha acompañado toda la carrera y son, en gran medida, responsables de que hoy sea ingeniera. Con el avance del grado y gracias a algunos muy buenos profesores, fui descubriendo mi especial interés por la ingeniería eléctrica y decidí especializarme en ello.

En mi cuarto y último año de grado me embarqué en mi primera aventura de estudios en el extranjero. Cuando me concedieron el erasmus en Lyon, no tenía muchas ganas. Era de las últimas ciudades en mi lista de preferencias para el intercambio y me daba bastante miedo estudiar en francés. Sin embargo, mis padres —que siempre me han enseñado a valorar y aprovechar las oportunidades tal y como se presentan— me dieron el empujón que necesitaba para lanzarme a la aventura. Hoy, Lyon sería mi primera opción sin dudarlo.

Enfrentarme al sistema francés y en un idioma del que apenas recordaba nada, fue desafiante a la vez que emocionante. Me sirvió para potenciar mi interés por la ingeniería eléctrica gracias, por un lado, a los cursos y proyectos de conversión y transmisión de energía eléctrica y, por otro, a las prácticas de máquinas eléctricas en el laboratorio del departamento. En este último tuve además la oportunidad de participar, como parte de mi TFG, en el diseño de una bancada para la tracción eléctrica de un coche.

De ese año, me quedo con los amigos que hice, los planes por Lyon, los viajes, el vivir fuera de casa y conocerme en la convivencia con otros… Pero, especialmente, me llevo la experiencia de salir de Madrid, de mi entorno de siempre, y expandir fronteras; de darme cuenta de todas las oportunidades que hay fuera y lo importante que es salir, aprender a moverse por el mundo, conocer gente de todas partes y ampliar miras. Ese año eché de menos Madrid, a mi familia y a mis amigos. Pero también se despertó en mí la inquietud por moverme, por salir de casa y conocer más.

En 2018 regresé a Madrid, a la ETSII, a estudiar el máster habilitante de ingeniería industrial. No sorprendió a mi familia ni amigos cuando solicité otro intercambio durante el segundo año del programa, para cursar un doble máster con la universidad IIT en Chicago. Así fue como un 12 de agosto de 2019 llegué a Chicago con ganas de aprovechar al máximo la experiencia. Aun habiendo vivido ya fuera de casa, me sorprendió lo diferente que fue todo esta vez. La cultura y sociedad americana me resultaron totalmente distintas a lo que había conocido hasta entonces, desde la comida y los horarios, hasta la forma de hablarse y relacionarse entre ellos. Adaptarme a su forma de vida fue un reto emocionante. Recuerdo los primeros meses, los mejores: recorriendo la ciudad, viviendo con mis amigos y conociendo gente que acabaría siendo muy importante para mí.

En Navidad volví a casa unas semanas para pasar las vacaciones. Por aquel entonces, aún no era consciente de que pasaría bastante tiempo hasta que pudiera volver a España… En cualquier caso, de vuelta a Chicago comenzó la búsqueda de prácticas. Estudiar aquí me daba la posibilidad de quedarme a trabajar un tiempo y yo quería aprovechar esa oportunidad única. El proceso de búsqueda de trabajo no fue fácil ni intuitivo, pero me enseñó muchísimo. Aprendí a establecer contacto con las empresas, enfrentarme a entrevistas, aceptar negativas (muchas negativas) y, sobre todo, a perseverar.

En marzo llegó el COVID19 a Chicago y comenzaron unos meses muy diferentes, llenos de despedidas e incertidumbre. La pandemia puso a prueba mi capacidad de aceptar las cosas como vienen y complicó el comienzo de mis prácticas en ComEd, a las que finalmente pude incorporarme en remoto en verano. Con sede en Chicago, ComEd es una compañía eléctrica perteneciente a Exelon, empresa energética líder en Estados Unidos. Da servicio a más de cuatro millones de clientes en Chicago y el norte de Illinois, o en torno al 70% de la población del estado. Durante las prácticas tuve la oportunidad de participar con el departamento de Smart Grid y Tecnologías Emergentes en proyectos sobre la BCM, Bronzeville Community Microgrid, una pequeña red eléctrica aislable del sistema principal con capacidad de mantener el flujo de energía en caso de que una emergencia afecte al resto de la red. La BCM está conectada a una microrred en las cercanías del campus de IIT, creando uno de los primeros clústeres de microrredes operado por servicios públicos del país.

Poco después de acabar las prácticas en agosto, me contrataron como ingeniera eléctrica en el programa rotacional de ComEd que, para recién graduados como yo, es una gran oportunidad para conocer la empresa desde un punto de vista más global, rotando por los diferentes departamentos de ingeniería que diseñan y mejoran el sistema eléctrico. Desde entonces estoy ahí, enfrentándome cada día a nuevas situaciones y retos que me recuerdan por qué me gusta la ingeniería y hacer crecer mis ganas de aprender y mis expectativas y entusiasmo por todo lo que pueda quedar por venir.

Hoy, al mirar atrás, me sorprendo al ver cómo las cosas han ido saliendo, con mayor o menor dificultad; cómo los cambios constantes, con muchos amigos que se han ido y otras personas nuevas que han llegado para formar parte de mi familia chicagüense, han traído cosas buenas y me han enseñado a crecer y adaptarme. Si tuviese que dar un consejo a la Isa que empezó en 2014 a estudiar industriales, le diría que no se preocupe tanto, se atreva con todo y confíe en que el esfuerzo acaba dando sus frutos. Le hablaría de lo importante que es salir y de todas las oportunidades y experiencias que le esperan si decide lanzarse a la aventura. Estoy impaciente por ver qué me depara el futuro aquí en Chicago, en España o, quizás, en otros sitios. ¡Ya iremos viendo!