Cuando me concedieron la beca Erasmus hace dos años y medio, lo único que conocía de Holanda eran los molinos, el queso y el barrio rojo. Es más, yo ni siquiera quería ir a un país que sólo me llamaba la atención por lo...
Cuando me concedieron la beca Erasmus hace dos años y medio, lo único que conocía de Holanda eran los molinos, el queso y el barrio rojo. Es más, yo ni siquiera quería ir a un país que sólo me llamaba la atención por lo...