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Diseñando el próximo destino

Soy Lola Blasco Góngora, Arquitecta superior por la Universidad de Granada. Acabe mis estudios en 2011, en plena crisis. Tenía claro que quería irme fuera a buscar trabajo de arquitecta y con un nivel medio de ingles pensé que Alemania podía ser un buen lugar. Me fui a Múnich, allí descubrí una cuidad increíble y aunque tuve que aprender alemán, al cado de 4 meses me concedieron una Beca Leonardo para hacer unas prácticas en una empresa.

Skyline de Múnich

Allí tuve la oportunidad de aprender muchísimo, pero pasado el periodo de prácticas como la empresa era pequeña y con poco volumen de trabajo, lo único que me ofrecieron fue trabajar un par de días a la semana como autónoma y me animaron a buscar otros estudios para así completar lo que sería una jornada completa. Tarde unos meses en encontrar un estudio que sería mi lugar de trabajo durante dos años más.

Trabajando en mi oficina en Múnich

Múnich fue un punto de inflexión en mi vida profesional y sobre todo personal. Allí conocí a grandes amigos, aprendí a arreglármelas como pude, en otro idioma. Los inicios en Múnich no fueron fáciles, encontrar un alojamiento allí no sólo es muy caro, sino que muy difícil, pero una vez instalada tuve la gran oportunidad de conocer una ciudad impresionante, paisajes increíbles, con los Alpes a un par de horas en coche o tren y multitud de ciudades muy bien conectadas a pocas horas. Siendo de Almería poder visitar 3 o 4 países en tan sólo unas horas de coche me pareció una pasada.

Disfrutando de los Alpes

Tras más de tres años en Múnich mi situación personal hizo que me mudase a Edimburgo en Escocia, donde ahora mismo vivo. Todo el mundo me hablaba de lo preciosa que era Edimburgo, y creo que mis expectativas fueron demasiado altas… Llegamos a Edimburgo en el frío Enero de 2015, y entre las pocas horas de luz, la lluvia y el viento la primera impresión de la ciudad no fue como esperaba.

Edimburgo desde Calton Hill con el sol de fondo

Pero no tardé descubrir que Edimburgo es una ciudad preciosa, llena de cultura, edificios antiguos y grandes espacios verdes donde disfrutar de los días de sol. Edimburgo esta al pie de las Highlands, las famosas tierras altas de Escocia, y desde luego, estos paisajes no decepcionan. Valles infinitos, ovejas en medio de carreteras flanqueadas por pequeños muros de piedra… Un paisaje idílico que recomiendo a todo el mundo, sobre todo en la época estival cuando los días son largos y con suerte luce el sol durante todo el día.

Senderismo por las Highlands, las Tierras altas de Escocia

En el ámbito laboral tuve la suerte de encontrar trabajo como arquitecta en un pequeño estudio. A pesar de tener experiencia, llegar a una empresa nueva, con un sistema nuevo de trabajo, y lo más significativo, unos métodos constructivos diferentes a los que conocía de España y Alemania me hacía estar en la posición de una persona sin experiencia. Tuve que aprender rápido nuevos reglamentos constructivos, afortunadamente muy similares a los españoles, y en poco tiempo me adapte al que hoy día sigue siendo mi puesto de trabajo. Mis tareas se centran principalmente en arquitectura doméstica, reformas, ampliaciones de viviendas e interiorismo. Lo que más me gusta de mi trabajo en Edimburgo como arquitecta es que soy la gestora de los proyectos de principio a fin, desde las primeras ideas y discusiones con el cliente, pasando por los trámites administrativos, obra y finalización del trabajo.

En una conferencia sobre arquitectura en Edimburgo

Mi experiencia trabajando como arquitecta es muy diferente, de Alemania destacaría esa calidad y buen hacer, por el cual son tan conocidos los alemanes. Todo se hace según estándares contemporáneos. Sin embargo, en Escocia aún se puede respirar ese aire de los que ellos mismos llaman la época imperial, todo es más clásico, de madera, y las viviendas de campo tienen ese toque rural tan “british” que parece sacado de una película.

En el futuro me gustaría volver a España, pero por ahora tengo la satisfacción de hacer un trabajo que me gusta y me apasiona. He recorrido un camino largo, pero estoy segura que me esperan nuevas aventuras y sé que lo más importante es enfrentarse a cada cambio con ilusión y la convicción de que rodeada de la gente que me quiere y apoya todo irá bien.

La experiencia de vivir y trabajar en el extranjero, es sin duda algo que te cambia como persona, creces a veces a base de tropezarte, pero siempre te levantas más fuerte. Profesionalmente es algo muy enriquecedor, pero yo en mi caso, destaco sobre todo el crecimiento en el ámbito personal, todos los grandes amigos que he hecho en Edimburgo y Múnich son ese gran tesoro que llevo conmigo allá donde me depare el futuro.

Lola Blasco Góngora

Lola Blasco es Arquitecta por la Universidad de Granada.

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