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Experiencia humana en Moçambique

La verdad es que cuando decidí estudiar caminos, siempre había tenido en mente la posibilidad de compaginarlo algún día con la posibilidad de irme a algún país subdesarrollado y poder  «ayudar» en temas de aguas y saneamiento. Y digo «ayudar» entre comillas, porque una vez que estás allí y pasan los meses tan rápido como un niño pequeño que empieza a descubrir el mundo, que te das cuenta de que en realidad la ayuda es mutua. En mi caso puedo decir sin ninguna duda que he recibido más tras esta experiencia de lo que yo haya podido aportar.

Accedí  a través del colegio de caminos, canales y puertos de Madrid a un curso de cooperación internacional al desarrollo.  La ONG ONGAWA nos ofreció la posibilidad de pasar durante un periodo entre 6 meses o alguno más (en función de lo que durara el proyecto) haciendo un voluntariado en uno de estos tres países dónde tienen proyectos relacionados con mejoras de abastecimiento y saneamiento: Tanzania, Nicaragua y Moçambique.

Particularmente, ya había estado en Sudamérica y aunque me había encantado, pensé que sería mayor experiencia personal el irme a África, y así poder vivir un mayor choque cultural que me abriera la mente y las expectativas de todo lo que pudiera encontrar y vivir.

Mi  viaje comenzó en agosto. Es decir, en época de lluvias. Eso supone exactamente cogerse todo el calor africano, esa carga eléctrica que deja en el aire y que descarga con sus tormentas eléctricas espectaculares que te dejan sin luz durante unos días. Tras haberlo vivido la idea me sigue pareciendo magnífica para comenzar la aventura.  Tuve la suerte de poder compartir la experiencia con otra voluntaria. Beatriz Cano Arnaiz, ingeniera geóloga que ya contaba con experiencia trabajando por África. Luego la experiencia transmitida por ella laboralmente fue fantástica, y la compañía humana incluso mejor.

Para esto está ya wikipedia, pero para que os hagáis una idea de lo que ha vivido este país.

En  1498 Vasco de Gama llega a sus costas bañadas por el Índico, concretamente a la provincia de Inhambane. Si vas allí siempre habrá alguien que te mencione como curiosidad que este navegante le llamó a este lugar la tierra de la buena gente. Y doy fe de que tenía razón.  Poco después, los portugueses colonizan el país.  Luego la lengua oficial es el portugués, aunque cada provincia tiene su propio dialecto. Generalmente todo el mundo habla el portugués, si bien es cierto que en las zonas más rurales hablan sólo con dialectos.

Hasta hace  muy poco, en 1975, logran la independencia de los portugueses con el partido Frelimo a la cabeza, y se convierte en la República Popular de Mozambique.

Dos años más tarde de lograr la independencia de los portugueses,  se mete en una guerra civil que dura  quince años. El partido de la Frelimo (frente liberal nacional) con  el partido de la oposición llamado Renamo (resistencia nacional moçambicana).

«Curiosamente»,  el partido de la Frelimo es el único que ha gobernado hasta la fecha. Cuando yo llegué ahí me enteré de que había zonas de guerra en las zonas internas del país. Guerrillas de la Renamo para reivindicar su derecho también a gobernar. Sobre todo en ciertas provincias donde se sabe que la Renamo tiene mucha fuerza y nunca sale como partido electo.

Para que os hagáis una idea, el tema de esta  guerra el gobierno no lo reconoce. Y ahora mismo existe un campo de refugiados en Malawi por ella. Alguna vez en la radio encontrabas alguna emisora independiente hablando de cómo el gobierno no admite que hay una guerra y la crisis económica en la que se encuentra ahora mismo el país por la corrupción y mala gestión del gobierno. También he de decir, que tras mi vuelta hace apenas unas semanas decían que el país está en una tregua entre las dos partes.

Lo del tema de la guerra civil está aún muy reciente. Te puedes encontrar a muchas personas con amputaciones en las extremidades y por muchas minas anti persona como consecuencia de ella.  Sin embargo, el carácter de sus gentes se ha quedado con la bondad y humildad que deja el haber pasado por tiempos duros y de sufrimiento durante demasiado tiempo.

La llamaban El Caribe de África y el destino de los cocoteros en el mundo de la cooperación. Y es que la gente no sólo es amable, noble y bondadosa, sino que además, tiene un concepto de alegría,  festejar  ante la vida y de salir adelante admirable. Recuerdo en la construcción del depósito elevado de agua a los obreros trabajando a 40 grados durante interminables horas y cómo poniendo música para que se hiciera más amena la jornada bailaban y cantaban mientras hacían el trabajo duro.

Algo importante es que el país yo no lo consideraría peligroso. Incluso cuando yo estaba ahí y habían guerrillas en ciertas zonas del país, si no te metes por las zonas donde hay conflicto no tienes ningún tipo de problema. Algún que otro soborno a la policía, que te para el coche por cualquier excusa para sacar algo de dinero (y con la miseria de sueldos que reciben por la corrupción del gobierno que ni les llega para mantener a la familia lo llegas a comprender). Personalmente a mí no me sucedió mucho más. Me han robado tres veces el móvil en Madrid y en Mozambique ninguna.

Sí que es verdad que tampoco recomiendo llevar nada ostentoso para evitar robos, sobre todo si viajas en chapa, que es el «mini autobús»  o furgoneta  local, y va tanta gente metida en el mismo autobús que hay que estar más pendiente. Pero en Maputo,  que es la capital y centro económico del país y donde hay mucho expatriado (Mozambique tiene mucha cooperación internacional), realmente estás en la burbuja europea con el contraste de pobreza de la gente de allí.

Nosotros teníamos el proyecto de la realización de las obras de mejoras de saneamiento y abastecimiento de la Vila de Manhiça, a 80 km al norte de Maputo.

Es  una zona rural de campos de cañas de azúcar, así que el paisaje ya os lo podéis imaginar:  Las mujeres yendo a trabajar a la machamba (campo de cultivo)  con sus capulanas, telas de colores que las usan como faldas y retales en la cabeza para apoyar la siembra recogida, un sol naranja con una luz envolvente iluminando el río Incomati, lleno de nenúfares en flor, los pájaros sobrevolando en bandadas.  Los niños te van siguiendo alegremente por las calles chocándote la mano y todo el que se te cruza te dice un «bom día» con una sonrisa  para tener un buen día de trabajo.  Para mí, ya era algo impagable el despertar y ver esto por las mañanas.

Tengo que decir para que veáis hasta qué punto llega la corrupción y mala gestión del gobierno, que estos campos de azúcar los explota una empresa azucarera portuguesa. Los trabajadores son los locales y con el río pasando por allí, la zona es el mejor territorio para el cultivo tanto a nivel nutrientes de la tierra como para un sistema de riego más barato.  Pues bien, el gobierno sólo les deja a los locales un trocito pequeño de este suelo para su cultivo propio. Cuando allí hablamos de cultivo, estamos hablando de que la gente come de lo que produce, luego le estás quitando o limitando los mejores terrenos para la agricultura a la gente de la zona. Lo mismo sucede con los arrozales. El gobierno les cede el terreno a los chinos que exportan el arroz a China y los mozambicanos lo tienen que comprar a un precio más elevado que si fuera producto local.  Para que os hagáis una idea, el sueldo medio de un policía es de 9000 meticales y un saco de arroz grande cuando yo estaba allí llegó a valer hasta 1200 meticales debido a la inflación de la crisis económica en la que está sumido el país.

El proyecto en el que yo participaba consistía en la mejora del abastecimiento y saneamiento de la Vila.

Se realizó la construcción de un depósito elevado, como ayuda a un depósito semienterrado de la época colonial (que no contaba con ningún tipo de mantenimiento del municipio desde su construcción ni tratamiento de previo de agua, luego hay contaminación por bacterias coliformes),  para mejorar las zonas de presión de la red ya existente y aumentar las zonas donde antes no llegaba el agua.  También la limpieza de este depósito semienterrado, pozos de agua en las zonas más alejadas de la vila, y letrinas en las escuelas.

Para que entendáis el funcionamiento del sistema de abastecimiento.

 El suministro de agua era sólo de unas horas al día, y tenían diferentes tipos de tarifas en función de las conexiones (más cara cuanto más cerca de la casa sea la conexión).  Bien directa con un grifo en las casas, otras casas que compartían un grifo en el patio y otras con fuentes en medio de los barrios de la vila.

En las zonas más alejadas de la Vila los más afortunados tenían pozos entre las comunidades. Pero a los que no les quedan tan cerca estos pozos, tienen que caminar 4 horas o más hasta llegar al más cercano. Y muchos de ellos están contaminados por la falta de mantenimiento, desde el simple hecho de poner una tapa para evitar que los animales beban o que alguno se caiga y muera en el interior del pozo. También, durante el montaje de las bombas, se crea un equipo con personas de las comunidades involucradas para en el caso de la rotura de ésta, que puedan ellos mismos arreglarlo en la medida de lo posible y ser autosuficientes, porque difícilmente van a recibir algún tipo de ayuda del municipio para su mantenimiento.

Además, allí  uno de los grandes problemas que tienen es la defecación al aire libre, que produce la contaminación de las aguas y que esto llega después a infiltrarse en los acuíferos. Así, en la ONG  además de la construcción de letrinas se realizaban campañas de concienciación y de higiene en las escuelas para incentivar el uso de letrinas y del lavado de manos.

Personalmente la experiencia personal  vivida tanto humana como de trabajo sería como mencioné al principio, el de intentar describir la sensación de cuando un niño lee por primera vez Harry Potter, es un mundo nuevo y cargado de ilusión. Para mí fue algo extraordinario y que espero poder seguir viviendo dedicándome al mundo de la cooperación.

Cristina Aleman Santos

Cristina Alemán Santos es Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Alfonso X el Sabio. Entre su experiencia profesional reciente destaca su trabajo como técnica de proyectos de cooperación internacional al desarrollo en ONGAWA Ingeniería para el Desarrollo Humano.

2 comentarios

  • Personas como tú ,dan prestigio a la profesión,y engrandecen a la persona q en lugares tan lejanos apoyan el progreso de esos países,prestigia a la nación de la que eres nacionaly es un gran orgullo para mí hacer este comentario
    Enhorabuena

  • Decirte gracias por cuanto das a esa gente siendo un granito más que vale mucho, y que no todo el mundo está dispuesto a vivir.
    Y animarte para que te alimentes de la alegría de vivir de ellos y vivas con la humildad y bondad necesaria para enseñar estando dispuesta a aprender.
    Trabajé dos meses este año con diez nativos de Mali en trabajos de base de agricultura porque no encontraba un trabajo digno y bien pagado como ingeniero agrónomo, todo ello antes de venir a Polonia donde me encuentro con una beca de trabajo en prácticas para cinco meses, y te puedo asegurar que esta gente de África nos enseña a vivir con más humildad nos hace sentir emociones de vivir la vida de otra manera más auténtica, y con un compañerismo que es necesario cultivar.
    Estimada Cristina, lucha por todo lo que te propongas y que merezca la pena conseguir, sin pensar que el dinero lo es todo, deberían enseñarnos en la universidad a trabajar con vocación y sin tanto perseguir el enriquecernos, también sería bueno y deseable que algo de esta filosofía llegase a las empresas que actúan sin ética profesional primando solo el balance de beneficio económico.