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HISTORIA DE UNA AVENTURA: UN INGENIERO ATÍPICO

Era Mayo de allá por el 2009. Todo eran ya prisas y agobios y la pregunta  seguía sin tener una respuesta clara: ¿qué carrera elijo? Me interesaban la Psicología, el Derecho, la Administración de Empresa, la Ingeniería…

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Pero al final, la Ingeniería me tiró un poco más que las demás, y no nos engañemos, es la que todo el mundo dice, o decía, que tiene más “salidas”.

Yo veía ésta primera gran decisión como de “ya no hay vuelta atrás”. Sin embargo, todo comenzó con la inquietud. Inquietud y curiosidad por intentar conocer y saber más de aquello a lo que quieren hacerte creer que estás limitado.

Todos conocemos lo que es el mundo de la Ingeniería, o al menos así era con el plan antiguo de Licenciatura. Muchas horas de clases teóricas, escuchando a profesores con metodologías de enseñanza bastante ”singulares”. Demasiadas horas yendo a academia porque el profesor de dibujo se sacaba los planos y los puntos de la manga y pintaba en la pizarra cosas que ni el entendía. Demasiadas pocas horas para poder llevarlo todo al día de verdad o para intentar resolver todos los ejercicios que en clase se proponen. Así al menos transcurrieron mis dos primeros años en la Universidad. Estos primeros años mi inquietud se volcó con el fútbol y con trabajillos esporádicos que me dieron algo de cash para empezar a sentirme como un verdadero hombre adulto. Y, echando la vista atrás, tengo que reconocer que fueron los años que mejor me lo pasé en la Escuela de Ingenieros.

 

Foto del Harlem shake grabado en clase
Foto del Harlem shake grabado en clase

 

Pero a mediados del tercer curso, las cosas en mi cabeza empezaron a cambiar. Tras dos años “pelándome” el culo aprendí a relativizar ciertos agobios por no entender cosas en clase, y sobre todo, aprendí a planificarme y a gestionar mis recursos mucho mejor, por lo que de repente me encontré con ¡tiempo libre!. Además, ese año empezamos a ver en clase cosas ya más de ingeniería por lo que empecé a trasladar mis inquietudes no sólo al mundo de la Ingeniería y la industria, sino también a la Empresa como tal.

Así, al acabar el tercer curso, sabía que era el momento de hacer algo más que ir a clase y echarme unas risas en la cafetería de la Uni con los amigos. Decidí que era el momento de empezar a hacer prácticas y conocer como funcionan de verdad las empresas. Esta inquietud por conocer diferentes sectores y departamentos me llevó a conseguir prácticas en I+D en Inauxa, en Calidad de Producción en Mercedes-Benz y Consultoría en Accenture en apenas 20 meses (eso si, estuve dos cursos enteros sin verano y bien agobiado durante el curso). Tampoco te voy a vender la moto de que todas ellas fueran las mejores prácticas del mundo en cuanto a contenido, sin embargo, si que me sirvieron para aprender lo que había ido a buscar a cada una de ellas por lo que sin duda mereció mucho la pena. También me dio la posibilidad de conocer estas empresas por dentro y a mucha gente muy buena que trabaja en ellas.

 

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Planta de Mercedes-Benz Vitoria

 

Esa misma inquietud que sentía por ver diferentes ámbitos de la empresa la tuve también desde el principio por tener un perfil Internacional. Por ello, la decisión de aplicar para hacer el Proyecto Fin de Carrera en Hong Kong fue bastante fácil de tomar. Ni que decir tiene que ésta ha sido, sin ninguna duda, una de las mejores experiencias de mi vida. No solo por el cambio de pasar de una ciudad de 200.000 habitantes a una de 7 Millones; o por el hecho de tener que sobrevivir allí sin, al principio, hablar nada de Chino (aunque en Hong Kong esto no supone un problema); ni por el cambio brutal de cultura. Que la experiencia sea inolvidable te lo da la gente que conoces, los lugares que descubres y las “locuras” que estés dispuesto a hacer durante tu estancia. Por ello, uno de los mensajes subliminales que quiero dejaros en este post es que ¡¡os vayáis a estudiar fuera!! E irse fuera, para mi, no es Europa. A Europa vas con el DNI y en 3 horas estás en cualquier sitio. Mi consejo es que aprovechéis la oportunidad que os brinda la Universidad (siempre que sea posible, claro) para que vayáis a sitios fuera de vuestra zona de confort y que realmente no consideréis iros o visitar de ninguna otra manera.  También un buen consejo suele ser siempre hacer lo posible para ir con el menor número de asignaturas, pero ese es otro tema…

 

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El caso es, que tras 5 meses que se me hicieron super cortos en Hong Kong, y pese a tener opciones de trabajar en España, decidí irme 4 meses a hacer prácticas a Gestamp en Shanghai. En este caso fue en el departamento de Gestión de Proyectos (en inglés suena mejor: Project Management) que era algo que aún no había probado y siempre me había interesado. La verdad es que la experiencia, tanto por el trabajo en sí como por trabajar en un ambiente internacional y sobre todo trabajar con chinos, fue una pasada.

 

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Y el post podría acabar aquí como la historia de otro Ingeniero más que sigue las reglas del juego sin salirse del camino marcado y tras acabar la carrera empieza a hacer entrevistas a lo loco para conseguir un trabajo más o menos bien remunerado.

Por suerte o por desgracia, después de todas las cosas que he visto, vivido y sobre todo aprendido, de momento he decidido que yo no quiero jugar a ese juego. Podrás pensar que estar de becario no cuenta como experiencia profesional porque no aprendes nada y no tienes responsabilidades. También pensarás que las experiencias vitales son una pérdida de tiempo, que eso ni se valora ni te enseña nada. Sin embargo, yo me he dado cuenta que es la actitud con la que afrontas cada una de estas pequeñas lecciones lo que dictaminará todo el partido que puedes sacar de todas esas experiencias.

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De esta manera, ya en el verano de cuarto a quinto de carrera, mi interés y mi inquietud me llevó a querer aprender a desarrollar proyectos tecnológicos y empresariales involucrándome en cada una de las fases del proyecto, algo que en Ingeniería es complicado teniendo que un proyecto de automoción dura 2-3 años y uno de aeronáutica 6-7 (no en todos los casos es así, pero he querido generalizar). Así, monté una Junior Empresa junto con otros chicos tanto de mi facultad como de la faculta de Publicidad y Comunicación. En ella desarrollamos proyectos de base tecnológica aplicando en principio de Learning by Doing así como metodologías propias del Team Academy  de Finlandia.

Pero el trasfondo de todo, era mucho más hondo que todo eso. Leíamos libros que realmente moldearon mi cabeza y me dieron una nueva perspectiva para ver la gestación de una idea y el desarrollo de un proyecto.

Aprendí la importancia de visitar empresas de todo tipo y hacer Networking. Comprendí la importancia que tiene poder compartir tus sueños y objetivos más profundos sin miedo a ser juzgado. Y sobre todo, comprendí lo necesario que es tener una planificación personal. Esas preguntas que a todo el mundo le hacen de vez en cuando de “¿Y tu como te ves de aquí a 5 años?” “¿Y a 10?” necesitan una respuesta. Y necesitan una respuesta sincera, aunque solo sea para ti. Porque la realidad es que si no lo visualizas y te pones el objetivo, te garantizo nunca lo vas a conseguir.

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El caso es que en el seno de ese grupo de compañeros surgieron varios proyectos. Con mayor o menor recorrido, todos ellos nos hicieron aprender algo por lo que el objetivo estaba sobradamente cumplido. Además, uno de ellos, el de Gïk Vino Azul, ha resultado ser un proyecto que se ha tornado en empresa y que es en lo que trabajo ahora junto con otros 4 compañeros. Aparte, sigo trabajando en mi formación (estudiando siempre que puedo)  e intento sacar más proyectos adelante.

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Hoy en día está muy en auge eso del Emprendimiento. Todo son concursos de ideas por aquí, aplicaciones para móvil por allá. Pero no nos engañemos, intentar emprender no es para todos. Suena a tópico pero es así. Nadie empieza cobrando cuando crea su propia empresa. Nadie te va a quitar tener que trabajar no ya más de 12 horas al día, si no con responsabilidades que hasta entonces no has tenido y que realmente pesan. Y sobre todo, como Ingeniero que eres, nadie te va a quitar el miedo que ronda tu cabeza cada día de que eso que estáis haciendo no vayan a ser 2-3-5 años perdidos de tu vida que podrías haber invertido en empezar tu carrera en una empresa y tener ya un puestecillo bien majo.

Yo personalmente no me siento un Emprendedor. Simplemente soy un Ingeniero muy interesado en todas las áreas de los negocios que desarrollo proyectos empresariales y que de la misma manera que ahora mismo hago para mi algún día puede que lo haga para una empresa.

Y personalmente, si te tuvieras que quedar con algo de toda la parrafada que te he soltado sería con el siguiente consejo: que todo lo que hagas a partir de ahora, tu desarrollo profesional y personal, vaya ligado al aprendizaje y siempre con tu objetivo final en mente. No importa cual sea ese objetivo final, solo tenerlo claro y que el camino que tomes lo hagas porque es el más corto para llegar a esa meta. Te invito a intentar ver el gran cuadro que es tu vida.

¿Sabes ya dónde estás ahora mismo  y como acaba?

 

Íñigo Alday Valverde

Es Ingeniero Industrial por la Universidad del Pais Vasco con el trabajo de fin de carrera realizado en la Hong Kong Polytechnic University. Íñigo se ha especializado en gestión y consultoría, trabajando en numerosos proyectos y en importantes consultoras como Accenture. Actualmente está emprendiendo con su start-up Gik Vino Azul (https://gik.blue/)

3 comentarios

Responder a Laura R Cancelar

  • Ahora mismo me encuentro en una etapa de mi vida, recién graduado, en la que no se muy bien por dónde tirar, si hacer el camino «de siempre» o montar algo. Siempre había pensado en obtener experiencia profesional para luego emprender por mi cuenta, pero acabo de descubrir, gracias a esta entrada, lo del learning by doing, y lo veo un camino muy interesante, aunque trastoque los esquemas mentales que tenía.

    Lo dicho, una entrada muy muy interesante! Gracias!

    • ¡Gracias por tu comentario Javier!

      Como bien dices, por suerte, hay varios caminos posibles y lo único importante es que haya un objetivo y un sentido a la hora de elegir cualquiera de ellas. En mi caso se basó en obtener un gran aprendizaje validado en un corto periodo de tiempo. Otra opción podía haber sido entrar en una empresa e intentar ascender rápidamente, si el objetivo fuera conocer una empresa a tope y destacar en ella. O intentar entrar en una que aportara muchos contactos y dinero, para posteriormente contar con cash y recursos para posteriormente montar algo, saltándote así el paso de tener que aprender a crear algo sin recursos y aprender a como buscar financiación.

      En cualquier caso, estoy seguro que el camino que tomes te irá como anillo al dedo. Y para cualquier cosa en la que pueda ayudarte no dudes comentarme.