ITER, EL CAMINO

El propósito de este artículo es describir, a grandes rasgos, que es el proyecto ITER. Tal y como ya os había comentado ITER es el mayor proyecto mundial para el desarrollo de la fusión como fuente virtualmente ilimitada de energía segura y saludable desde el punto de vista ambiental. La traducción de ITER al latín (el camino) es muy ilustrativa, este proyecto marcará el sendero y las bases científico-tecnológicas necesarias para que podamos desarrollar y aprovechar esta fuente de energía en el futuro.

Los socios que participan en el desarrollo de este proyecto son Europa, China, la India, Japón, Corea del Sur, Rusia y los Estados Unidos.

Como podéis comprobar es la Unión Europea quien en mayor proporción participa, cerca de la mitad, con lo que no es casual que la construcción de este reactor nuclear se vaya a realizar en Europa, en concreto en Cadarache (Francia).

Llegados a este punto, y antes de adentrarnos más en profundidad, me gustaría que hicierais un análisis rápido de los socios. Como podéis ver en este proyecto van de la mano países muy distintos cultural, social e incluso políticamente hablando. Esto nos da como resultado dos conclusiones más que evidentes, la primera es que “nadie quiere estar fuera” de este proyecto, esto por si solo describe a ITER. La segunda deriva de la primera, si la mayoría de los países desarrollados del mundo (la mitad de la población mundial) quieren participar en este experimento es porque está sentando las bases para el desarrollo de una posible fuente de energía inagotable y limpia. Energía, la lucha por la misma ha marcado la historia de nuestra humanidad hasta hoy, y seguirá marcándola en el futuro.

El presupuesto de ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor) estará en el entorno de los 15.000 millones de euros, siendo el proyecto con mayor presupuesto tras la Estación Espacial Internacional y el Proyecto Manhattan. La particularidad es que la mayor parte de la aportación (90%) de los diferentes socios al proyecto se hace “en especie”, es decir, la parte correspondiente a Europa será aportada a ITER mediante componentes desarrollados por empresas europeas. No se ha puesto el dinero en la mesa para construir algo sino que cada uno construye una parte del reactor final y posteriormente se monta todo junto.

Creo importante detenernos aquí un momento para analizar lo que significa esto. Cada uno de los siete socios (proporcionalmente a su participación) contribuye con algunas “piezas” del puzle que posteriormente será montado en Francia. Es más, hay socios que están trabajando sobre la misma “pieza” en proporciones distintas. Es más, por cuestiones técnicas o económicas hay veces que entre distintos socios se cambian piezas para agilizar su fabricación, lo que da lugar a acuerdos bilaterales. Pero no perdamos de vista lo más importante, al final de todo esto las piezas de este puzle tienen que encajar perfectamente. Imaginaros la inmensa labor de coordinación, planificación, logística, y sobre todo capacidad de entendimiento que se requiere entre los socios para que las cosas funcionen. Hay que tener en cuenta que llegará el día en que se pulse el botón de puesta en marcha de ITER, y ese día todo tiene que funcionar, día que todavía no puedo concretaros pero que estará en torno al año 2020.

Creo que ya tenéis los trazos generales necesarios para entender el contexto de este proyecto. Va llegando la hora de ir entrando un poco más en profundidad en este experimento. Va llegando la hora de que os presente a alguien muy importante en este camino, alguien indispensable para traer la energía del sol a la tierra, alguien cuyo corazón alcanzará la temperatura de 150 millones de grados centígrados, tan solo 10 veces superior a la temperatura del núcleo de nuestra estrella, estoy hablando del TOKAMAK.

Pero eso es otra historia, vamos a dejarlo aquí por hoy.