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Los últimos de filipinas

¡Hola a todos!

Espero que mi historia os sirva a muchos de vosotros para perder el miedo y que os animéis a buscar otro tipo de salidas profesionales.

Oficina en Manila

De pequeño me dijeron que estudiar me llevaría lejos, y vaya si me ha llevado lejos, ¡a la otra punta del mundo! Me llamo Bruno Durá y he vivido en 4 países, en 4 distintos continentes en los últimos 3 años, esta es mi historia.

Todo empezó hace ya mucho tiempo. Desde muy joven siempre me gustaron las presas y los puertos además de las mates y la física, supongo que ya os imaginaréis a dónde me llevó todo esto… pues sí, a estudiar Ingeniería, en concreto Caminos Canales y Puertos en la UPM.

Desde chico ya había empezado a querer buscar nuevos horizontes; es por eso que, pudiendo estudiar más cerca de mi casa, decidí irme a Madrid pensando en mejores oportunidades y en salir de mi zona de confort. Los años de universidad, aunque en su momento fueron muy duros, los recuerdo con gran cariño y nostalgia.

Es durante estos años cuando empezó a surgir en mi con más fuerza la inquietud de buscar nuevas ideas, personas, lugares, culturas… Si estas leyendo esto, estoy seguro de que sabes a lo que me refiero. Y es por esto que en el segundo año del máster habilitante decidí salir de Madrid para hacer un intercambio en la prestigiosa Universidad de São Paulo (Brasil).

Si tenéis la oportunidad de hacer un intercambio no lo dudéis. Es una experiencia única de la que volveréis no sólo con nuevos conocimientos de vuestros respectivos campos listos para ser aplicados, sino con muchísimas experiencias únicas que sólo se pueden obtener de esta manera. Un intercambio puede cambiar tu forma de pensar y de ver las cosas de manera radical. Ya sé que es lo que se suele decir, pero es la verdad.

Praia de Lopes Mendes (Ilha Grande, Brasil)
Parque nacional de los Lençóis Maranhenses.

Tras mi intercambio en la USP pensé que necesitaba un paréntesis en mis estudios, así que estuve buscando prácticas-trabajo por todo el mundo y me surgió la oportunidad de participar en un programa de jóvenes talentos en el proyecto Naturatica llevado a cabo por Iberdrola y Aiesec en Costa Rica. Tras varias entrevistas, cartas de motivación y mucho papeleo interminable fui seleccionado y a las pocas semanas estaba en un avión camino de Costa Rica.

Volcán Barú (Panamá)

Si no conocéis este pequeño país limítrofe entre el caribe y el pacífico os recomiendo encarecidamente que lo investiguéis, es un país del que se pueden aprender muchas cosas. Os dejo una serie de datos para incentivaros a conocer a este pequeño desconocido: En 1949 abolieron el ejército, invierten un 6,9% de su presupuesto en educación cuando la media mundial es de 4,4%; alrededor del 25% del país son parques naturales y áreas protegidas; el 98% de la energía consumida en el país proviene de energías renovables; ha sido nombrado como el país más feliz de Latinoamérica y el número 13 en el ranquin mundial. Todo esto, y mucho más hace de Costa Rica un país especial.

Día de la mascarada, fiesta típica costarricense.
Centro cultural Bribripa (Buenos Aires, Costa Rica).

Tras mi estancia en Costa Rica regresé a España decidido más que nunca a terminar mis estudios y entrar de lleno en el mundo laboral. Tenía claro que lo que me gustaba, y me había gustado desde siempre, eran las obras hidráulicas y los puertos. También tenía claro que quería empezar en una empresa pequeña o, al menos, no muy grande, pero con opciones de trabajar en Internacional. Con estas premisas me puse a buscar empleo.

Tras unas semanas de búsqueda, encontré justamente lo que andaba buscando: una empresa no muy grande pero referente a nivel nacional en planificación hidráulica. Además, en la entrevista me comentaron la opción de trabajar en Filipinas en un proyecto muy interesante financiado por el ADB. Tras unos meses compaginando estudios y trabajo, finalicé mis estudios y estaba listo para movilizarme a Filipinas.

Seguramente la primera imagen que le viene a la gente a la cabeza cuando piensa en Filipinas son las playas de arena blanca y palmeras. Y sí, una parte importante de Filipinas es así, pero la primera impresión que me llevé fue muy distinta.

Cuando aterricé en Manila lo primero que noté fue la humedad, y más tarde el tráfico, el interminable tráfico de la capital filipina de 12 millones de habitantes en el área metropolitana. Después de las primeras impresiones y habiéndome sumergido más en el país me di cuenta de la curiosa mezcla de culturas: asiática, que se pone de manifiesto en la comida (siempre comen con arroz) y en la forma de vida; americana, notable por los enormes centros comerciales, los jeepney  (colorido medio de transporte filipino realizado a partir de Jeeps abandonados de las Fuerzas Armadas estadounidenses después de la Segunda Guerra Mundial); y la arraigada religión católica de influencia española que les lleva incluso a tener prohibido por ley el divorcio.

La vida en Manila no es muy diferente a como puede ser en una gran ciudad europea: hay muchos restaurantes, tiendas, bares y ocio de todo tipo. El entretenimiento estrella para los filipinos son los karaokes, se pueden pasar horas y horas bebiendo, comiendo y cantando en las salas privadas de los muchísimos locales destinados a este fin.  

Pero lo más impresionante del país está fuera de Manila. Con sus más de 7000 islas tropicales, Filipinas es un paraíso para los amantes de las playas, el surf y el buceo. Además de todo esto, el país también cuenta con selvas tropicales llenas de vida, cadenas montañosas, volcanes y campos de cultivo de arroz.

Nacpan Beach (El Nido, Filipinas)

Actualmente sigo aquí, en Manila, aprendiendo a sobreponerme a todos los retos que se han ido presentando mientras mejoro mis capacidades profesionales día a día. Trabajar en el extranjero te de la oportunidad de aprender y desarrollar una serie de facultades cuyo proceso de aprendizaje sería de cualquier otra manera mucho más lento. Al ser el último soldado en la trinchera para defender el frente no te queda otra que aprender a adaptarte, mejorar cada día y tener muy claras las cosas pudiendo defender tus ideas y resultados sin fisuras.

Como reflexión final me gustaría acabar diciendo que cada uno de nosotros elige cómo quiere vivir su vida y qué caminos quiere seguir. Si echas la vista atrás, seguro que ves claros indicios de comportamientos, decisiones o sentimientos que te han hecho estar donde estás ahora. Con esto quiero decir que, si has entrado en esta página y estás leyendo esto, es muy posible que acabes en algún momento, si no lo estás ya, saliendo fuera de tu país ya sea para trabajar, estudiar o lo que surja. Y en ese caso tendrás miedo, incertidumbre e inseguridades, es lo normal, pero te recomiendo que recorras ese camino, no te arrepentirás.

Celebración después de la presentación al cliente. Manila Bay

Mucha suerte a todos, si creéis que os puedo ayudar con alguna cosa o tenéis alguna duda en la que os pueda aconsejar no dudéis en contactarme. 

Un saludo,

Bruno Durá Garrido

Bruno Durá es Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Madrid.

1 comentario

  • Le acabo de reenviar éste artículo a mi hijo de 15 años. Espero que le encienda la mecha, o le haga pensar. Muchas gracias por compartir tu experiencia, nos puede enseñar muchas cosas. Yo vivi en Filipinas y tengo grandes recuerdos. Suerte y sigue así