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Minding the gap: parada por el sudeste de UK

Hola, mi nombre es Marga y llevo trabajando como Ingeniero de procesos  casi dos años en Reino Unido.  Más concretamente en Ipswich una ciudad  del sudeste de Inglaterra,  que  para los que no lo sepan, la distribución es bastante similar para todas ellas; un centro pequeño y  alrededor multitud de viviendas unifamiliares,  en general lugares tranquilos, incluso demasiado a veces. Ventajas, una ciudad más cómoda y económica para vivir, cerquísima de Stansted, sin excesiva distancia al trabajo y el poder hacer planes con la gente sin contar con 50 minutos de metro, pero para gustos colores.

 Tuve grandes motivos para mudarme aquí, y ahora cada vez menos razones para quedarme. He hecho Erasmus hace tiempo en Holanda, por motivos de trabajo he vivido en varias ciudades de España, entonces el moverme a UK no fue tan duro, aunque desde un principio lo vi como un sitio de paso. Valoro muy positivamente la experiencia  a nivel personal y profesional. Aunque en un principio intenté encontrar trabajo en Londres, por mi perfil de ingeniero de procesos, las entrevistas me salían en empresas que se encontraban a las afueras, donde se encuentran las áreas  industriales. Honestamente, en UK, si dedicas tiempo en preparar bien el CV, tienes un inglés un poco decente y mueves muuuuuucho el CV, se tarda relativamente poco tiempo en encontrar trabajo, incluso contando con el factor Brexit.

Mi trabajo consiste en analizar qué ocurre en el proceso, buscar soluciones y mejoras que pueden desembocar en la implementación de nuevos equipos  o procedimientos. Básicamente, hacer lo que pueda para optimizar el proceso y hacerlo más seguro y eficiente.  Paso gran parte del tiempo en una planta de producción a turnos, donde encuentras a muchos extranjeros también y, por lo general, todos contentos en UK, y muchos a los que les encanta España. Los comienzos no fueron fáciles: desde un coche con el volante a la derecha ( y un seguro carísimo por no tener experiencia conduciendo por la izquierda) hasta  cambiar tus horarios de comida, mudarte a una zona más interior alejada del bullicio  londinense, Inglaterra profunda, donde empezar nuevos proyectos, hacerte con la gente… y todo ello en otro idioma. No ha sido nada fácil. Vivir en el extranjero como muchos saben acarrea momentos de soledad y muchas situaciones en las que estar lejos de los tuyos es lo último que deseas pero,  personalmente,  te conoces más a ti mismo, te vuelves más fuerte y el conocer otra cultura y gente tan distinta te enriquece mucho. Desde luego que valoras más si cabe lo que tienes en casa pero tu perspectiva se amplía.

Considero que he aprendido muchísimo a nivel profesional ya que los ingenieros de UK tienen una formación muy completa. Desde el principio y sobre todo en planta, he tenido que demostrar que valgo, ni los operadores ni los ingenieros  me han puesto las cosas fáciles, pero es una situación que podría darse en cualquier lugar del mundo.   Otro aspecto en el que he aprendido mucho es EHS (safety first), la seguridad para el trabajador es un aspecto fundamental, análisis y gestión de riesgos siempre presente y de una manera más rigurosa que en España.  En cuanto a la manera de trabajar,  es muy habitual que tengas que fijar reuniones, discusiones para plantear y resolver problemas entre un equipo multidisciplinar, nosotros trabajamos en oficinas abiertas y me consta que es lo más habitual, por lo general hay  compañerismo y los managers son cercanos. Algo que destacaría es el hecho de que la gente está dispuesta a echarte a una mano siempre, si necesitas un training especifico puedes solicitarlo, si quieres preguntar lo que sea la gente saca hueco para ti, pero digamos que les gusta que muestres iniciativa así que no esperes que  dediquen mucho tiempo a explicarte todo al  principio, esperan que vaya saliendo de ti,  y  si demuestras que eres proactivo y trabajador verás compensado ese esfuerzo. Incluso ves como depositan confianza en ti muy rápido, algo que en España se reserva a unos pocos. Como siempre  hay cosas mejorables, pero en pocos sitios como en UK  puedes progresar si demuestras que vales y te involucras.

No voy a mentir, a nivel personal echo de menos la cercanía de la gente, que se compensa con el hecho de haber encontrado a unos amigos increíbles fuera del trabajo. Españoles por el mundo, incluso en un pueblo perdido de Inglaterra. En cuanto a compañeros ingleses no tengo quejas, pero digamos que, en mi caso concreto, echo de menos la cercanía y confianza más asociada a  nuestro carácter,  esa amistad más allá del trabajo que si he vivido  y conservado de  trabajos anteriores en España. Los ingleses son mucho más fríos. Después por otro lado  tenemos el hecho de que la gente es muy educada, no necesariamente ejemplares, pero sí es cierto que cuando vuelvo a España sigo usando el “sorry” y disculpándome por todo.  Me molesta un poco que bromeen con que los españoles e italianos dejamos todo para “mañana, mañana”, porque después no ves que  ellos trabajen a un mejor ritmo, incluso les viene bien a veces que saquemos el carácter español, pero bueno, digamos que ya llevamos la fama.

Más cosillas, la buena comida se echa de menos o por lo menos a precios razonables. Un dato curioso es que siempre que les traigo algo de España, turrón, jamón, queso manchego o algún queso de Galicia o Asturias… les gusta pero no les llama la atención ni lo más mínimo. Lo que más les gusta es el dulce, y si es procesado y lleva chocolate mejor. Claramente valoramos la comida de una manera diferente, los dejamos con sus sándwiches de las 12h y su fish and chips.

Ya para terminar, comentar que volveré a España pronto, consciente de que las oportunidades y condiciones laborales son muy distintas, pero cada etapa tiene sus prioridades. De esta experiencia me quedo con toda la gente increíble que he conocido por el camino, el conocerme mejor a mí misma, todos los recursos profesionales que me llevo y sobre todo, con todos los obstáculos superados.

Marga Guerrero Gesto

Marga Guerrero en Ingeniera Técnico Industrial por la Universidad de Santiago de Compostela. Máster en Ingeniería Energética por la Universidad de Oviedo. Actualmente trabaja en UK.

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