caminahora

NADA QUE CONTAR

Han pasado más de dos meses desde la última vez que tuve la osadía de escribir algunas líneas en este sitio de todos y de nadie. La verdad es que con bastante frecuencia lo pienso y me propongo como obligación para la próxima semana ponerme a contar alguna historia, pero al final pasan los lunes y nada.

Lo verdaderamente cierto es que lo que más me impide deciros nada es el propio hecho de no tener nada que contar. En el tiempo que ha pasado desde que empezamos este camino he tenido la oportunidad de escribir alguna cosa de fusión nuclear, de experiencias en el país que actualmente habito y de lo que poco a poco voy sintiendo. En el tiempo que ha pasado he trabajado, vivido y sentido muchas cosas que pasados unos años dejarán la pátina necesaria en lo que soy. Y en eso estamos.

Después de leer una y mil veces las líneas fundadoras de este sitio querría saber que es útil para los que lo leen. Es imposible poner negro sobre blanco una regla maestra que permita solucionar las cosas que os preocupan. Es por ello por lo que intentar contar algo medianamente interesante pasa a ser una responsabilidad que en muchas ocasiones convierte lo que se me pasa por la cabeza en simples ideas vacías de contenido. Pero por suerte más que desgracia he tenido oportunidad en los últimos tiempos de encontrarme con cabezas que contienen ideas que si considero lo suficientemente interesantes como para compartirlas con vosotros.

Escribiendo y pensando lo dicho me he acordado de alguna gente de mi entorno, más o menos cercano, que son la mejor muestra de que la felicidad no es un fin sino un camino. Cada uno de nosotros tiene su pirámide de cosas en la vida que nos hacen más o menos felices, cada uno de nosotros nos hicimos y hacemos planes y esquemas de lo que somos y queremos ser pero también todos tenemos que ser conscientes de la importancia de la adaptación. Porque es tan esencial para el individuo su propia realidad como el hecho de saber afrontarla, y la capacidad de saber proteger la propia felicidad se debe y convierte en el fin último de cada uno.

Ejemplo de lo que digo es una compañera ingeniera, amante de la vida, de las buenas sonrisas y de los animales. Que cansada y con la excusa de la situación que nos rodea ha abierto su propia empresa para cuidar y atender a animales tal y como se merecen. Y me habría encantado hacerle una foto el día que me contaba su nuevo proyecto vital, me habría gustado congelar ese momento en el que una persona te hace polvo con el reflejo de su ilusión.

Y otros dos, un matrimonio también compañeros de exámenes que han decidido crear una escuela de idiomas. ¿Por qué?, yo les preguntaba. Me respondieron mirándose entre ellos. Querían estar juntos, querían no tener que separarse, sabían que su propia felicidad residía en no separarse y eso es lo que buscaron. Emprendieron un camino distinto al habitual pero con el que buscaban la felicidad, su felicidad.

Y el último, compañero de exámenes, de llantos, de copas de corazones rotos, de madrugadas etílicas, de todo lo que pueda o quepa imaginarse. Este último ha decidido en busca de su felicidad probar suerte con otra empresa que nada tiene que ver con su educación. Este último ha decidido junto a su pareja que si por circunstancias ajenas a ellos mismos unos caminos se les cerraban, ellos buscarían otros. El buen ejemplo reside en que a pesar de que la vida muchas veces no nos lleva por aquellos sitios por los que nos veíamos caminando hay que ser capaz de crear nuevos sitios que  den sentido a nuestra vida.

Tal y como os comentaba al principio no tengo mucho que contar pero al menos quería hablaros de esta gente. Porque están llenos de esperanzas y ganas de cambiar las cosas y esa es sin lugar a dudas la mejor actitud de partida para intentar acercarse a aquello que llamamos felicidad.

El verano se acerca y espero que todos y cada uno de vosotros, en cualquier parte del mundo y a cualquier hora del día encontréis un poco de eso a lo que todos aspiramos.

Anochecer_de_verano

Jose Aguilar Medina

Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Granada. Máster MBA y estudiante de economía. Actualmente trabaja en el proyecto IFMIF-DONES.

3 comentarios

  • Enhorabuena por el post Pepe y muchas gracias por compartir tus ideas y experiencias. Yo también he visto casos parecidos de compañeros de profesión que hoy son muy felices con sus nuevos rumbos.