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Panamá, más que un canal

Enero de 2019, inicia el Panamá Jazz Festival. Lo viviré por séptima vez.

Pese a su influencia regional, no toda la música en Panamá es caribeña. Hay jazz de calidad. Y se disfruta sin bailar, un terreno inexplorado para los castellanos. Somos más de jotas, que muchos cantan, pero pocos bailan.

Soy Juan Benito Ballano, de 35 años. Y llevo en Panamá el mismo tiempo que en Burgos, la ciudad donde estudié Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. Tras terminar la universidad, en plena crisis, tuve la fortuna de obtener una beca, encadenar con prácticas profesionales, y en menos de un año, ejercer ingeniería desde mi localidad natal, Aranda de Duero.

Demasiada estabilidad en mi vida, cuando España estaba inestable. Mis inquietudes me desestabilizaron. En Semana Santa decidí probarme en un proceso de selección de talento para una empresa americana, más por curiosidad que interés real. Varias pruebas, cada una más exigente que la anterior, un intercambio de correos y de repente surge la oportunidad de participar grandes proyectos internacionales.

No dudé un segundo en tomar la decisión. Me impresionaba el nivel técnico de los reclutadores, quería aprender con ellos. Había trabajado en estudios de I+D+i, mantenimiento de carreteras, proyectos de edificación, instalaciones en puertos, eficiencia energética,… pero desconocía el proceso de construcción de “Megaestructuras”, pero ese programa de televisión me cautivaba.

En Panamá, tendría la posibilidad de continuar aprendiendo de presas, puentes, aeropuertos,.. Tantas cosas que había estudiado, pero en las cuales no se invertía ya.

Fuente propia. Visita dominical al Canal de Panamá

Así inició mi aventura en Latinoamérica. Superando las dificultades de adaptación mientras ejercía consultoría en proyectos internacionales. Jornadas extenuantes de oficina técnica y supervisión. No existe el cansancio cuando tienes ilusión por aprender.

El ocio lo exprimíamos al máximo: aprovechando para viajar, conocer otras culturas, y disfrutar de esta nueva etapa. Gracias a mi novia (ahora familia), y el gran grupo de personas que descubrimos. Grandes amigos, amigas, algunos compañeros de universidad que trabajaban en el Canal y sus parejas.

El viaje que inició como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje profesional, se transformó crecimiento personal y vital. Todos los residentes en el extranjero saben a lo que me refiero.

Consultoría en proyectos internacionales, check. Satisfecho, pero incompleto. Necesitaba construir. Desconozco si es vocación, la infancia jugando con el Lego y el Tente, o el reto de saber si uno está capacitado.

Comuniqué a la empresa mi voluntad de cambiar, aprovechando la finalización de los contratos de consultoría. Por entonces, la ampliación del Canal requería ingenieros. Sí, interesante, desde el punto de vista profesional y técnico. Era uno de los grandes proyectos en construcción en el mundo. Por amistad, pude conocerlo desde su interior, aprovechando los domingos para saciar la curiosidad.

No obstante, siempre tuve una extraña debilidad por los puentes, y me hicieron una oferta imposible de rechazar. Participar en la ejecución de un viaducto de 2.5Km, el proyecto de Cinta Costera III.

Fuente propia. Viaducto Marino de Cinta Costera III
Fuente propia. Mirador de Cinta Costera III

Un proyecto polémico, que bordea el casco histórico de Panamá, Patrimonio de la Humanidad. Allí tuve la oportunidad de participar además de la construcción del viaducto vehicular y peatonal, desarrollar: Una nueva Avenida y sus interconexiones, espigones, embarcaderos, urbanismo en los 6km de recorrido, edificaciones para servicios, e incluso un estadio de fútbol (Estadio Maracaná de Panamá). Otro check. Un estadio, un sueño cumplido como deportista. España era campeona del Mundo y Europa, todos éramos más futboleros.

Fuente propia. Estadio Maracaná de Panamá

Después de la entrega de Cinta Costera III, estaba iniciando construcción de la terminal nueva del Aeropuerto Internacional de Tocumen, donde pude colaborar en las cimentaciones. Paralelamente estaba comenzando otro proyecto, con un presupuesto menor, pero gran complejidad, Patrimonio Histórico. Ahí me transfirieron.

Consistía en el desarrollo e integración (con un componente artístico) de dos viaductos en un entorno urbano, mejoramiento de viales, el soterramiento de servicios públicos, y otras actuaciones en el entorno de la Panamá Viejo: donde se ubican las ruinas de la antigua Ciudad de Panamá, primer asentamiento europeo en el pacífico, hasta 1671, cuando fue destruida por el pirata Henry Morgan.

Fuente propia. Viaducto Av. Diego de Almagro. Patrimonio Histórico

Culminado con éxito el proyecto, la ampliación del Canal de Panamá estaba llegando a su fin, y con él, la aventura de muchos amigos. Cada vez menos familia en Panamá, y más por el mundo. Algunos comenzaban incluso comenzaban a regresar a España.

Uno se endurece con la experiencia internacional. A día de hoy, no sé si gracias al apoyo incondicional de la familia, que se dosifica el elixir las visitas a casa, o que uno se vuelve a-sentimental. La cuestión es que cumpliendo un objetivo profesional, ya persigues el siguiente.

En esta tesitura mental, me ofrecen participar en la Línea 2 de Metro de Panamá. Un viaducto ferroviario de 21km, 16 estaciones elevadas, patios y talleres (cocheras). Complicado de explicar, para los ajenos al mundo de la ingeniería civil, pero me resultaba imposible resistirme a la posibilidad de gestionar la construcción completa de varios tramos de metro, cambiavías y estaciones… Y aceptamos muchos días de vigilia, a cambio de otro check.

Fuente propia. Viaducto ferroviario Línea 2 de Metro en construcción
Fuente propia. Estación Línea 2 de Metro en construcción
Fuente propia. Estación Línea 2 de Metro
Fuente propia. Estación Línea 2 de Metro en pruebas

Irracionalmente (o no), después de varios años expatriado, uno puede encontrarse en una posición estable (la que buscaba al salir), y sentirse estancado. Y eso me movió a desestabilizarme, para encontrar el equilibrio, aceptando una nueva oportunidad de explorar otro campo desconocido, las licitaciones, desde el convencimiento de ser “la mejor opción”.

Y en esa circunstancia me encuentro actualmente. Estudiando contratos, en apertura de negocio. Un ámbito de aprendizaje continúo. Más completo: Ingenieril, legal, económico y estratégico. Con posibilidad de desarrollar ese gen competitivo que tenía hibernando desde mi época de deportista federado. Con ganas de ganar.

Fuente propia. Propuesta de Extensión de Metro al Aeropuerto

Por eso, desde la satisfacción de haber tomado la decisión más importante de mi vida (por el momento): salir a Panamá, un país que casi desconocía y ya no olvidaré. Saludar a todos los compañeros residentes en el extranjero, por su valentía para salir. Con los cuales comparto el sentimiento perpetuo de crecimiento profesional, y fundamentalmente, personal. Con cada vez más amigos y más lugares visitados en América. Con ese ritmo de vida internacional, frenético. Que te hace pensar distinto, ser paciente, ser resolutivo, y no perder el foco de lo importante.

Por ello, despedirme felicitando a José Aguilar, por su iniciativa y paciencia. Agradecer a la familia y amigos, por su apoyo incondicional. Y a Panamá, por enseñarme tantas cosas, entre ellas, que es más que un Canal.

Juan Benito Ballano

Juan Benito Ballano es Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Burgos.

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