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Próximo Destino: “Cidade Maravilhosa”

Hola! Me llamo Mireia, soy Ingeniera de Caminos por la Universidad Politécnica de Cataluña y desde hace 3 años vivo en Rio de Janeiro. Mi historia debe ser muy parecida a la de otros compañeros que, como yo, decidieron salir al exterior para poder continuar ejerciendo la profesión cuando llegó la crisis a España, pero espero aportar un poco de información para aquellas personas que estén pensando trabajar en Brasil.

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Mi historia empieza en una ingeniería de Barcelona especializada en ingeniería urbana. Con la crisis los proyectos empezaron a disminuir y los socios de la empresa decidieron salir al exterior. Es así como nos embarcamos en los primeros proyectos en Brasil. La empresa en la que trabajaba (EGI SLP) creó un grupo de exportación con otras empresas catalanas con la intención de introducirse poco a poco en el mercado brasileño, y después de algunos meses de idas y vueltas a Brasil, empezaron a surgir los primeros proyectos. Uno de los principales problemas que detectamos en el mercado es que las empresas brasileñas son muy proteccionistas, y para poder competir con las empresas locales el producto tiene que ser muy diferente. Entonces, ¿qué podemos aportar las ingenierías españolas? Uno de los puntos más fuertes es la pluralidad de proyectos que podemos desarrollar. En Brasil los ingenieros civiles se especializan en un único ámbito (por ejemplo geometría, drenaje, pavimento, etc.), pero es bastante complicado encontrar ingenieros que puedan realizar un proyecto completo. Esto es un valor añadido que los ingenieros españoles tenemos y, por tanto, un producto a vender. Por otro lado, en el caso de la ingeniería urbana, podemos aportar mucha más experiencia en desarrollo urbano que la mayoría de empresas locales, pues en Europa hay más recorrido en este campo y, por tanto, estamos un paso por delante en este tipo de proyectos. Prueba de ello es que la mayoría de programas de reforma urbana que se han llevado a cabo en Rio de Janeiro o São Paulo han sido realizados por empresas europeas.

Durante mi primera etapa en Brasil vivía en São Paulo, pero no de forma continua. Estaba 15 días y volvía a Barcelona, después 2, y así sucesivamente. Uno de los principales problemas que encontramos a nivel de empresa es la tramitación de visados, así que durante algunos meses tuvimos que entrar y salir del país con el visado de turista, lo que nos limitaba nuestra estancia a 3 meses (en Brasil el visado de trabajo es obligatorio para poder permanecer en el país – exceptuando visados familiares, diplomáticos, etc.- ). Para las empresas de mayor porte, con sede en el país, la tramitación del visado resulta mucho más fácil, pero en nuestro caso, que éramos una ingeniería pequeña, el proceso parecía ser interminable.

Recuerdo que durante un ciclo de conferencias que se organizaron en la sede de Cataluña del Colegio de Caminos sobre ventajas, problemas, etc. para trabajar en el exterior, nos informaron que Brasil era uno de los países más complicados para obtener el visado, y realmente es así si lo tramitas por cuenta propia (más adelante os explicaré la versión des de una empresa brasileña).

Después de casi 1 año yendo y viniendo de São Paulo, me ofrecieron un trabajo en una ingeniería carioca (de Rio de Janeiro) y, después de pensarlo mucho, decidí aceptar. A partir de entonces el proceso de entrada en el país fue totalmente diferente. En un mes mi visado estaba listo y toda la documentación en marcha. Esa es la gran diferencia a la que me refería antes. Cuando el visado lo tramita una empresa brasileña el proceso es mucho más fácil. Inicialmente me tramitaron el “visto temporário”, que se trata de un visado que dura 2 años (con derecho a 2 años más de prórroga) y te da derecho a ejercer la profesión sin necesidad de validar la titulación. Me explico mejor. ¿Cuál es uno de los principales problemas que los ingenieros de caminos tenemos para ejercer la profesión en Brasil? Que nuestra titulación aquí no existe, así que no está reconocida. Para ejercer como ingenieros necesitamos el llamado “CREA”, que viene a ser una especie de colegiación que te da derecho a ejercer como ingeniero. Sin el famoso CREA no puedes optar a concursos ni firmar proyectos; prácticamente eres “un fantasma profesional”. Con el “visto temporário” puedes trabajar sin necesidad de tramitar el dichoso CREA y, por tanto, es mucho más fácil que te contraten. Cuando pasan los 2 años es obligatorio tramitarlo (“teóricamente”), pero muchos ingenieros desistimos porque se trata de un proceso costoso, largo e incierto.

 ¿Por qué es tan complicado tramitar el CREA? En primer lugar porque para iniciar el trámite primero tienes que conseguir que alguna universidad brasileña de la ciudad donde vas a ejercer la profesión te reconozca la titulación. Y aquí entramos en otro proceso complicado, pues no existe ninguna regulación oficial para eso y cabe a cada universidad decidir si te reconocen la titulación o no. Por otro lado, para empezar el proceso de reconocimiento del título en alguna universidad es necesario tener toda la documentación de la universidad traducida al portugués por un traductor jurado (que es simplemente un traductor reconocido por el gobierno que cobra más por cada página traducida). Resumen de la historia: de todos los extranjeros que conozco (peruanos, bolivianos, españoles, etc.) sólo uno empezó a tramitar el CREA y el proceso ya tiene más de 6 años en análisis.

En mi caso, pasados los 2 años del “visto temporário”, la empresa decidió tramitar el “visto permanente”, que me da derecho a quedarme indefinidamente en el país. El trámite ya lleva un año en análisis, así que parece que tampoco es tarea fácil. A nivel del CREA, aún están pensando si lo van a tramitar o no, pues el principal problema de no tener CREA es que no pueden presentar mi CV en ningún concurso y, por tanto, es como que yo no existo en el equipo de producción de la empresa.

Una pregunta que supongo que os estaréis haciendo es, ¿cómo es el mercado brasileño? ¿Es fácil encontrar trabajo? Como os decía antes, se trata de un mercado muy proteccionista, hasta tal punto que cuando una empresa brasileña contrata a un extranjero tiene que demostrar que no hay ningún brasileño que pueda ejercer el trabajo por el que está siendo contratado. Aunque esto acaba siendo un “bla, bla, bla” en el proceso de tramitación del visado, ya dice mucho de los posibles problemas con los que te puedes enfrentar. Entrar en el mercado sin ningún contacto es complicado (una vez dentro moverse es más fácil), y la mayoría de españoles que conozco han llegado por situaciones parecidas a la mía o trabajan para alguna empresa europea con sede en Brasil. Por otro lado, y desde hace aproximadamente un año, el mercado de la ingeniería está cruzando una fuerte crisis. Hay muchos ingenieros locales sin trabajo y eso complica aún más las posibilidades de encontrar trabajo como extranjero.

A pesar de todas estas dificultades, laboralmente Brasil ofrece condiciones mejores que España. Por ejemplo, la mayoría de empresas tienen un horario de trabajo bien regulado, y todas las horas extras se pagan obligatoriamente, ya sea a través de banco de horas o monetariamente. Los sindicatos son fuertes, y eso se nota en los beneficios que tenemos los trabajadores. Por ejemplo, está regulado que la empresa pague un % del seguro médico privado, las dietas o el transporte (dependiendo del sueldo). El aumento del sueldo también se negocia anualmente con los sindicatos, pero normalmente oscila entre un 7 – 10%, dependiendo de la inflación del año en cuestión.

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Además de los beneficios laborales, Brasil es un país acogedor, con una naturaleza apabullante (en el caso de Rio) y una buena calidad de vida. Supongo que si pensamos en Rio a todo el mundo le viene a la cabeza las favelas, la inseguridad, el tráfico de drogas, etc., pero después de vivir tres años aquí, a mí me vienen a la cabeza otras cosas que me han facilitado desde el inicio mi aventura en otro país, como el sentirme acogida, la facilidad con el idioma, la felicidad que los cariocas desprenden y esa sencillez que parece que facilite más las cosas del día a día.

Brasil quizás no es el mejor país del mundo, pero seguramente es uno de los mejores países para no sentir “saudades” de casa, como dicen aquí.

PD. Para conocer un poco más cómo es trabajar en Brasil, estad atentos a mi próximo post!! Os explicaré con que nos enfrentamos a la hora de proyectar y como es trabajar en una ingeniería carioca.

Mireia Hernández Asensi

Mireia Hernández es Ingeniera de Caminos por la Universidad Politécnica de Catalunya y doctoranda en Urbanismo por la misma universidad. Profesora del módulo Territorio, Infraestructuras y Servicios Urbanos del Máster “Ciudad y Urbanismo” de la Universitat Oberta de Catalunya. Fundadora de Cidades Feitas a Mão (www.cidadesfeitasamao.com).

8 comentarios

Responder a Ana Cancelar

  • Muy buen articulo Mirela,
    Yo soy ingeneiro brasileña y trabajo en Madrid. Lo encontré tu anticulo pq quería saber como Brasil reconocía los Ing. de Caminos, y lo siento pero me alegro saber que hay «reciprocidad», pq España reconocé el Ing. Civil brasileño (5 años de curso universitario), como Obras Públicas, no como Ing. de Caminos, y esto tb depués de un proceso largo (más de 2 años) y costoso (que inclui las famosas traducciones legalizadas…)
    y el visado de trabajo tambíen no es nada sencillo de conseguir…

  • Hola Mireia,

    Muy buen articulo. Si continuas por Brasil necesitaría preguntarte algunas informaciones a nivel profesional de la ciudad de Sao Paulo para conocer tu opinión.

    Un Saludo.

  • Totalmente de acuerdo Jaime. Entrar en el mercado brasileño puede ser muy costoso si no tienes un socio local, y eso impide que mucha inversión estranjera decida optar por otros países. Los impuestos también son de los más altos de Latinoamérica, y esto también puede acabar siendo un lastre. Un saludo!

  • Muchas gracias Óscar! Espero que las informaciones le puedan servir a alguien. La verdad es que hay mercados donde es menos arriesgado entrar, pero en el caso de Brasil la jugada puede salirte muy mal!

  • Muy buen artículo. Ahora: proteccionismo? no muy diferente al de tu país de origen, tengo colegas que se fueron en el 2001 para España durante nuestra crisis en Argentina y por lo que me contaron sufrieron más o menos lo mismo.

    • Totalmente de acuerdo Gabriel. En el caso de los españoles Brasil aplica lo que llamamos «reciprocidad», que viene a ser aplicar condiciones similares a las que se aplicaron a los brasileños años atrás cuando intentaron venir a España. Yo no critíco esta política porque en su momento ya me parecía algo escandaloso, y es lógico que ahora nosotros enfrentemos esas mismas dificultades. Pero a nivel de mercado en general, si que son proteccionistas. Es una forma de proteger el mercado interno y eso hace menos viable las inversiones estranjeras. Esta política se percibe por ejemplo en los impuestos aplicados a los productos estranjeros, que són altísimos, y ello provoca que muchos brasileños compren la tecnología en otros países.

  • Fenomenal artículo, Mireia. Muy interesante.
    Había oído lo de las dificultades burocráticas pero no sabía exactamente a qué se referían. Ahora ya lo sé.
    Saludos y a seguir escribiendo!

  • Gracias por tu artículo Mireia,
    en 2013 la empresa italiana en la que trabajaba me envió a Sao Paulo a unas conferencias sobre energia solar fotovoltaica porque el sector en Italia se estaba reduciendo y buscábamos nuevos mercados. Mi impresión fue exactamente la que compartes en el primer párrafo: los brasileños querían desarrollar ese sector pero su proteccionismo no facilitaba la inversión de las empresas extranjeras. Por ejemplo, para que un fabricante de paneles solares pudiera operar en Brasil de manera competitiva debía tener fábrica en Brasil y estar empleando a un alto porcentaje de brasileños entre su plantilla. Es una barrera de entrada muy costosa para entrar a un mercado que desconoces.
    Saludos
    Jaime