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Reinventarse como modo de vida

Cuando salí del aula donde defendí mi TFG y escuché la puerta cerrarse tras de mí, lo único que tenía claro es que quería tener una experiencia profesional antes de seguir estudiando. ¿Dónde? ¿Cómo? ¿En qué sector? ¿En qué empresa? ¿Condiciones laborales? Como casi todos los recién graduados, me encontraba bastante perdido.

En marzo de 2016 comencé la que sería mi primera experiencia laboral y mi primera reinvención profesional: el sector de la consultoría IT. Realmente, si te atrae la informática, los Ingenieros Civiles tenemos mucho que aportar al sector. Por no hablar de que hay muchísimas oportunidades laborales con, algunas, muy buenas condiciones. Sin embargo, a mí no me convenció mucho por lo que lo acabé dejando por la que sería mi segunda reinvención: una beca ICEX.

Hacía tiempo que me habían hablado de las becas ICEX: un año de máster y dos años de prácticas, uno de ellos en el extranjero. Este artículo de Caminahora explica detalladamente el proceso de admisión al programa de becas, aunque ha cambiado un poco con el tiempo: ya no se realiza prueba de inglés para entrar, sino que exigen un título de, al menos, un B2; y el número de plazas cambia cada año. En mi promoción fuimos 315 los que hicimos el Máster de Gestión Internacional de la Empresa, de los cuales 285 continuamos con la primera fase de la beca: un año en una Oficina Económica y Comercial de España (Ofecome) en casi cualquier parte del mundo.

Atardecer en la mezquita de Casablanca

Después del máster tuve la oportunidad de realizar mis prácticas en la Ofecome de Casablanca. Marruecos es un país de contrastes: aunque la mayor parte de la población sigue viviendo de la agricultura, a lo largo de todo el territorio se han desarrollado infraestructuras de primer nivel. Esta situación se da, en parte, por su situación estratégica de puente entre África y Europa, y se hace notar con la amplísima presencia de empresas españolas. España es el primer cliente y proveedor de Marruecos desde 2015, a pesar de las barreras idiomáticas y culturales. Las oportunidades que se abren a los negocios españoles son innumerables, aunque en el campo de la ingeniería nos ganan los franceses.

En cuanto a Casablanca, esta es la capital financiera de Marruecos. No tiene nada que ver con la película protagonizada por Humphrey Bogart (que además no se grabó allí), sino que es una ciudad de alrededor de 5 millones de habitantes (censados) sin una red de transporte público eficiente, a excepción de una línea de tranvía y muchos petits-taxis que se comparten. Una ciudad relativamente grande, con el toque de “caos organizado” que se ve en otras ciudades como El Cairo o Estambul, lo que hacía que cualquier actividad cotidiana fuese una pequeña aventura. Esas pequeñas aventuras hacen que, quizá al principio sea un poco complicado adaptarse, sobre todo si nunca has vivido en un país de este estilo. Cosas tan básicas como comprar en una tienda de alimentación pueden hacerse una pequeña odisea, sobre todo cuando no todo el mundo habla francés y te ven nuevo en el barrio. Sin embargo, la sociedad marroquí es muy acogedora, y al cabo de poco tiempo en el barrio te tratan como si hubieras vivido toda la vida con ellos. Es una especie de ambiente de pueblo, en el que todo el mundo se conoce, en un barrio de una ciudad de varios millones de habitantes. 

Una tarde cualquiera en la playa de Casablanca

La experiencia en Casablanca ha sido, realmente, una de las mejores de mi vida. Profesionalmente la oportunidad de las prácticas en la Ofecome me ha hecho aprender mucho ayudando a empresas españolas establecer relaciones comerciales en nuestro país vecino. Además, contar con unos compañeros de trabajo que al final acabaron siendo una familia fue un plus muy grande a la experiencia. Recomiendo muchísimo tener una experiencia laboral en este país tan acogedor.

Algunos de los becarios ICEX de Rabat y Casablanca en una visita a un apicultor en los alrededores de Chefchaouen, con un proyecto de AECID

Sin embargo, trabajar para una empresa marroquí no es tan sencillo para un extranjero Su proteccionismo laboral hace que, a la hora de contratar un extranjero, las empresas tengan que justificar que no hay ningún profesional nacional adecuado para el puesto vacante. Eso sin contar con las dificultades de regularizar la situación de residencia en el país. Cualquier extranjero no puede estar más de 90 días en territorio marroquí con visado de turista. Sin embargo, el procedimiento para obtener la carte de séjour (tarjeta de residencia) y olvidarte de salir del país cada tres meses, tarda más de medio año. Aunque los becarios ICEX no llegamos a hacerlo, algunos de los expatriados que vivían allí sí pasaron por todo ese proceso. Actualmente, gracias a las becas ICEX, por fin trabajo en el sector de la ingeniería civil. Siempre recomiendo, a la gente que me pregunta, realizar este programa de becas por las numerosas puertas que abre. Así que, si no te gusta lo que estás haciendo, o tienes ganas de probar algo nuevo, no tengas miedo a reinventarte como profesional. Salir de la zona de confort es siempre positivo.

Javier Abbas de los Reyes

Javier Abbas es Ingeniero Civil por la Universidad de Granada. Máster ICEX en Gestión Internacional de Empresas.

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