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Trabajar en el extranjero, un paso natural para nuestra generación Erasmus

Estudiando y trabajando, como muchos de los que formamos parte de la generación erasmus.. Alemania y Dinamarca han sido mis destinos. He tenido la suerte de poder  vivir en dos países con una cultura bastante diferente entre sí, pero aún mucho más diferentes a la española. Y eso me ha enseñado mucho.

Desde pequeña he tenido claro que viajar es la mejor manera de aprender y que es un gran privilegio del que hay que sacar partido siempre que se pueda. Y  para mí, esto que estoy viviendo ahora es un viaje, largo, pero un viaje con retorno. Porque si algo aprendes cuando estás fuera, es lo mucho que te gusta tu casa. Incluso acabas enseñándole a todo el mundo lo bonita que es tu ciudad utilizando la vista satélite de google maps.

Hace más de un año y medio que me mudé a Dinamarca. Aquí trabajo como arquitecto en un estudio de diseño. Nos dedicamos principalmente al diseño de espacios educativos, espacios de trabajo, hospitales y a la relación existente entre el usuario y el espacio. Nuestro objetivo es utilizar el diseño como herramienta para el cambio en la educación y en los procesos de trabajo. Es un área que me interesaba mucho desde que desarrollé mi proyecto de fin de carrera, y un tema que aún está poco valorado en España. Es por eso que no pude rechazar la oportunidad de venirme a trabajar a Copenhague.

Me he dado cuenta de que aquí la educación en arquitectura es bastante diferente de la que recibimos en España. Allí valoramos mucho al arquitecto polivalente,  una persona que pueda intervenir en cualquiera de las partes del proceso de construcción, partiendo del urbanismo, pasando por la estructura, las instalaciones, el diseño interior y llegando hasta el detalle constructivo.  Así se nos educa en España, para tener una visión global, sabiendo un poco de todo y dándonos las herramientas para seguir investigando en lo que más nos guste y especializarnos una vez acabemos la carrera.

En cambio la educación en Dinamarca es muy diferente. Los arquitectos tienen un papel muy claro, y yo diría que mucho más reconocido que en España. Eso significa que aquí se forman unos arquitectos con un conocimiento mucho más profundo en el arte y el diseño. Tienen una idea general de estructuras, pero tienen claro que eso es trabajo de ingenieros, y harán detalles de mobiliario, pero siempre contando con que la última palabra la tendrá el carpintero, cuya preparación para ello es mucho mayor.

Debido a la nuestra educación los arquitectos españoles tenemos una visión mucho más global del proceso y somos más versátiles en cuanto al trabajo que podemos realizar. Por otro lado, los daneses trabajan mucho mejor en equipo, ya que están más acostumbrados a realizar solo una parte del cometido, y además se sienten mucho más seguros y confían más en sus conocimientos, al haber profundizado más en ellos. Aquí cada uno debe reconocer que las dos vertientes tienen sus pros y sus contras.

A parte de eso, los daneses son unas personas muy agradables, les gusta sonreír y hacerte sentir como en casa. Se preocupan de que la gente a su alrededor esté a gusto. Es lo que aquí llaman”hygge” esa palabra tan difícil de traducir al español.  Algo así como estar a gusto y al mismo tiempo intentar que la gente de alrededor lo esté.

Al tener un país tan pequeño, son gente muy abierta, les gusta mucho viajar y conocer nuevas culturas. Pero no es tan fácil ser el verdadero amigo de un danés. Los daneses cuidan mucho a los amigos, tienen amigos desde la infancia y debido a su inmensa planificación, suelen estar ocupados con dos meses de antelación.  Esto hace imposible los encuentros más casuales a la salida del trabajo o los encuentros de última hora. Suelen tener unos círculos de amigos muy cerrados y es complicado llegar a entrar en ellos.

A pesar de que aquí todo el mundo habla inglés perfectamente, el idioma es una barrera bastante grande a la hora de encontrar trabajo. Es un idioma complicado y aunque la ciudad ofrece clases gratuitas para todos los expatriados, necesitas dedicación y tiempo para sacarlo adelante. ¡Pero no es imposible!

En cuanto a Copenhague, es increíble. Sobre todo en verano, que es cuando la ciudad se transforma, sacando a todos los daneses a los canales y alargando los días hasta que tienen 18 horas de sol.

Es una ciudad especial, pensada para los niños y las bicicletas, en vez de para los coches y los centros comerciales. Aquí no eres nadie sin una bici y el cuidado con el que están pensados todos los espacios para niños, te hace querer volver a tener 7 años de nuevo.

Una ciudad llena de diseño, diseño utilizado para mejorar el día a día de sus ciudadanos. Diseño como herramienta para cambiar la sociedad.

Vivir en el extranjero no suele ser fácil, pero si gratificante. A mi me ha ayudado a conocerme mejor y a tener otra punto de vista. Es parecido a cuando te alejas y dibujas un plano a una escala mucho mayor, que te permite tener una perspectiva mucho más amplia de lo que ocurre alrededor. Y este país me ha enseñado mucho, pero no me ha quitado las ganas de volver a España!

Carla Viejo Casas

Carla Viejo es Arquitecta por la Universidad San Pablo-CEU. Actualmente vive y trabaja en Dinamarca en el Rosan Bosch Studio.

3 comentarios

Responder a Eva Cancelar

  • Hola Carla!
    Me ha emocionado leer tu artículo y ver las fotos de mi querida Copenhagen. Estuve allí 1 año de erasmus y comprobé lo que cuentas de los daneses.
    Yo usé un truco para hacerme amiga de ellos y entrar en su círculo de amigos: ¡organizar una cena española!
    Hice tapas varias y sangría e invité a mis compañeros a casa (como bien dices, planeando con 2 meses de antelación). También puse música española y jugamos a las cartas con la baraja española.
    Se lo pasaron en grande jugando al burro y bebiendo sangría. Desde aquel día, tuve mucho más contacto con ellos.

    Ahora la vida me ha llevado a Austria, donde llevo ya casi 5 años trabajando de ingenieria de caminos. Pero Dinamarca me marcó y siempre la llevaré en mi corazón.

    Un abrazo!

    • Gracias por tu idea Eva ,yo también utilizo el jamón y la tortilla para conseguir amigos daneses. Es un buen truco y además creo que funciona en casi cualquier país!
      Me alegro que reconozcas en el texto algunas de las experiencias y que te traigan buenos recuerdos! 🙂