caminahora

Un camino con un final no escrito. Con la maleta siempre lista

Todo comenzó en la UPM. Si al inicio de la carrera me hubieran preguntado “¿Dónde te ves al acabar?” jamás me habría imaginado esto. Ni en mis ideas más disparatadas me veía cumpliendo todos mis sueños a una edad tan temprana.

Me llamo Sonia Bilbao Sampedro y elegí el grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales por el amplio abanico de conocimientos que ofrece y por las puertas que abre a una gran variedad de trabajos. De todas las decisiones que he tomado en mi vida, estudiar industriales es de la que menos me arrepiento.

Tras 4 años de carrera, tocaba adentrarse en el máster. Si algo teníamos claro la gran mayoría es que acabar el segundo año en Madrid no nos llevaría a ningún lado así que casi todos elegimos irnos de Erasmus, en mi caso y el de otros tantos, algo más arriesgado y caro que fue venirse a Estados Unidos. Concluir el máster en Chicago tenía dos grandes ventajas: doble titulación y la posibilidad de trabajar en Estados Unidos tras finalizar los estudios.

Los estudios fueron fáciles, un año basado en aprender y en explorar el Nuevo Mundo. Lo complicado llegó a la hora de encontrar trabajo. Recuerdo aquellos días en que nos reuníamos en grupo para buscar trabajo de manera colectiva. Las dificultades, en compañía, se llevan mejor. Al final la familia la vas creando a través experiencias compartidas con otras personas. Un desconocido puede tornarse un amigo para toda la vida en un abrir y cerrar de ojos.

A base de mucho esfuerzo y dedicación, todos nos colocamos. En mi caso conseguí un par de ofertas y acepté la que me interesaba: comenzar mi carrera profesional en el mundo farmacéutico. Me mudé algo más al norte de Chicago, aún en Illinois. Una buena amiga me acogió en su casa y me hizo sentir una más, un miembro de la familia. Thanksgiving es una fecha que no concibo pasar en ningún lugar que no sea con ellos. En cuanto al trabajo, comencé en AbbVie como técnico de laboratorio y yo abracé aquel trabajo con mucha alegría, aunque las condiciones fueran pésimas. Pero la emoción por aquel primer empleo era insuperable. Sin embargo, los meses iban pasando y esta felicidad se iba desvaneciendo. Ni que decir tiene que el invierno de Chicago y otros tantos contratiempos asociados al frío helador de la zona no ayudaron. Las perspectivas de crecimiento en AbbVie eran muy bajas, y ser técnico de laboratorio no es nada “challenging” a largo plazo. Por lo tanto, decidí sacudirme la pereza, actualizar el CV y comenzar otra vez el proceso que tanto me aterraba: buscar un nuevo trabajo. Esta segunda vez tampoco fue nada sencillo, tuve que compaginar trabajo con búsqueda y los días se hacían eternos.

Como en todo en esta vida, la clave del éxito es mezclar toneladas de esfuerzo, mucho trabajo y un poquito de suerte y eso me trajo a Utah. A través de mucho networking e insistir en mi interés por el mundo de los plásticos, me contrataron como Quality Assurance Engineer en EnviroTech. Mi proyecto de fin de grado versaba en un nuevo eco-composite compuesto por fibras de celulosa y plástico reciclado. Por lo tanto, trabajar con polímeros era una espinita que tenía clavada. Tras aprender que la industria farmacéutica era muy interesante, pero que aún quería probar algo nuevo, me lié la manta a cabeza y emprendí una nueva aventura.

Hice las maletas con lo imprescindible, aquello que me cupo en el coche, que por aquel entonces era un Toyota Yaris de dos puertas y el espacio era muy limitado. Con gran dolor de corazón dejé a mi familia de Chicago y tras varios días de conducir parando solo para comer y dormir, llegué a Salt Lake City. Quiero pensar que cada vez que nos mudamos, dejamos un trozo de nuestro corazón en el lugar y nos llevamos parte del sitio con nosotros para ocupar ese hueco y no olvidar de dónde venimos. Aún recuerdo mi tiempo en Chicago con una sonrisa en la cara, y con mucho cariño en el corazón. Cada pocos meses vuelvo, Chicago sigue siendo mi segunda casa, después de España.

Si mudarme a Chicago desde Madrid ya fue un gran cambio, Utah fue algo totalmente inesperado. El clima, la cultura y el paisaje son varios de los aspectos que hacen únicos este estado. Debo decir que es el estado más bonito que he visitado en Estados Unidos de América, y ya llevo bastantes a mis espaldas. Hay montaña, desierto, llanuras de sal, un gran lago,… No importa en qué dirección se viaje, siempre hay algo que visitar. La belleza es su principal característica. No obstante, el choque fue más bien cultural. La diversidad es mucho menor que en Chicago o Madrid, así que hacer nuevos amigos fue más complicado. Pero como ya he dicho antes, nada es imposible con toneladas de esfuerzo, mucho trabajo y un poquito de suerte.

En el ámbito laboral, las cosas han ido viento en popa. Me ofrecieron ser Quality Assurance Engineer y a los pocos meses de empezar ya nombraron QA Manager. La empresa fabrica piezas de plásticos por inyección. En EnviroTech somos especialistas en piezas de pared gruesa, muy difíciles de conseguir a través de la inyección. Siempre intentamos innovar y traer nuevos proyectos de todos los tamaños. Fabricamos para muchos tipos de industrias como la química, la petroquímica, alimentación… Nuestros productos más habituales son bombas para fluidos y filtros. En definitiva, un universo muy diferente al farmacéutico. La empresa es un no parar, siempre hay algo que hacer y cada día es diferente al anterior. Me levanto cada mañana pensando “¿Qué me deparará el día?” y nunca decepciona.

En cuanto a cómo veo el futuro, pues es una gran incógnita que estoy deseando desvelar poco a poco. Si algo he aprendido en estos más de tres años que llevo en Estados Unidos es que si encuentras una buena oportunidad, hay que aprovecharla, sea donde sea.  Cada experiencia nos curte y nos forma para lo que está por venir. Así que sí, con la maleta siempre hecha, lista para la siguiente aventura.

Sonia Bilbao Sampedro

Sonia Bilbao es Ingeniera Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid.

1 comentario

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  • E ha gustado mucho tu texto! Muchísimas felicidades por lo que has logrado. Da gusto ver gente tan luchadora, de verdad mucha suerte en tus proyectos y, como tu dices, la maleta siempre hecha y lista para la siguiente aventura!!