caminahora

Un viaje de mil millas comienza con un primer paso

Te voy a contar lo que no verás jamás en el telediario de tragedias que tanto vende en la prensa extranjera. Te voy a contar la vida del español medio en la que llaman «la perla» de Alemania, la experiencia de emigrar y de inmigrar y cómo es a nivel laboral. Te voy a contar las miserias que nos bebemos entre dos cervezas y tres canciones. Te voy a contar, en definitiva, como es la vida en el extranjero y lo voy a hacer como ingeniera, como mujer y sobre todo como española.

Me llamo Victoria, tengo 31 años y desde hace 6 vivo en Hamburgo: la ciudad que me ha visto realizarme como profesional y convertirme en la mujer que siempre quise ser. Soy ingeniera de caminos por la universidad de Cantabria y llevo 8 años trabajando en energía eólica offshore. Aún recuerdo las caras de la gente en España cuando explicaba a lo que me dedicaba. Hoy los progresos de las empresas españolas en este sector se pueden leer en los periódicos de primera tirada del país.

Decidí emigrar en lo que llamaron «lo peor de la crisis». A diferencia de lo que mucha gente cree (y por lo que somos muchas veces casi interrogados en el extranjero), fue una decisión personal, y por tanto, no consecuencia de la crisis como tal. Y por qué digo esto: por la simple razón de que como yo hay muchos. Lo digo por la indignación que me genera ser una excusa política para según qué partido, según qué momento y en según qué lugar. No somos pues talento robado, somos talento expatriado a voluntad.

Y ahora la gran pregunta: ¿cómo lo hiciste? En esto no hay misterio: intentándolo muchas … muchas veces. Nadie regala nada y los panes no caen del cielo. Buscar trabajo es un trabajo en sí. La gente tiende frecuentemente a ver sólo el resultado final y a obviar el proceso que supone llegar a donde se está. No existe el «tú has tenido suerte». Lo que sí existe es el «he trabajado duro para llegar allí». Así pues, definamos la suerte. Suerte es convertirse en maestro titulado en el manejo de las plataformas profesionales online. Suerte es la resiliencia ante los cien «no» que recibirás. Suerte es el networking y la participación en foros para ganar visibilidad en las redes. Suerte es la redacción incesante de CVs customizados, cover letters y por qué no, el descaro a la hora de contactar a personas claves en las empresas en las que aspiras trabajar. ¿Y por qué digo esto? Porque así conseguí yo mi segundo trabajo en Alemania, en un congreso del sector. El objetivo: diferenciarse de los demás. Y para eso los españoles somos muy buenos. Hay que usar la picardía como arma.

Dicho esto, cómo fue el proceso. Tardé 5 meses en ser contratada y pasé 4 entrevistas de trabajo: con un agente de recursos humanos externo, con un agente de recursos humanos interno, con el jefe de departamento y finalmente con mi jefe directo. Y para los curiosos, me pasaron toda clase de vicisitudes en el proceso. Por nombrar algunas: en mi segunda entrevista, me llamaron un día antes del día previsto con lo cual me pilló de sorpresa y no pude prepararla. Otro día me olvidé el móvil en casa y mi madre y mi hermana intentaron dar mis datos de contacto a la entrevistadora. Sobra decir que ellas no hablan ni alemán, ni inglés por lo que fue un tremendo show. Finalmente en la entrevista final, la secretaria se equivocó de dirección y me mandaron a otra sede en la otra punta de la ciudad. Sí, después de todo esto me contrataron. Y por cierto, no hablaba ni una palabra de alemán.

Llegada al país y shock cultural. Existe, es real y es muy duro. Hay que adaptarse. Los alemanes del norte son una sociedad cerrada. El frío no te va a matar, pero la oscuridad te puede llegar a deprimir. Sus costumbres: aquí se valora el silencio, el civismo (inclúyase la puntualidad de la que normalmente carecemos), el trabajo bien hecho y sobre todo, tu capacidad para beber cerveza. Pero ¿qué valoran ellos de nosotros? Se valora la actitud, el ser proactivo, el entusiasmo,  nuestra alegría. A nivel profesional, la ingeniería española está muy bien reconocida y posicionada ya que tenemos una formación universitaria muy sólida. No obstante, tenemos un perfil muy diferente al suyo. Somos menos académicos a la hora de trabajar y mucho más innovadores. Esto choca y será fuente de conflicto bastante a menudo. No lo veas cómo una desventaja, velo como una oportunidad. A destacar está nuestro lenguaje corporal. En un país regido por el formato y la estructura ordenada, nuestra manera de expresarnos puede, y será confundida a veces con falta de profesionalidad. Ignóralo. Cuando llegué intenté controlar esto en múltiples ocasiones, y al final creé una versión extraña de mi misma que no me representaba. Por ello, no puedo irme sin compartir el mejor consejo que me dio mi jefe de departamento. No recuerdo las palabras exactas pero fue algo así: «Victoria, cuanto te contratamos sabíamos que eras española y nos gustaste cómo eras. No intentes alemanizarte, se tú misma y triunfarás». Llevo este mantra tatuado en mi memoria desde entonces.

Mi trabajo en offshore me ha dado la oportunidad de conocer cómo se trabaja en muchos países, destacando Inglaterra, Países Bajos, Dinamarca y Alemania. Pero también me ha enseñado a saber ser mujer en un sector dominado por hombres. Aprender a moverse en estas aguas requiere volver al consejo del párrafo anterior. Para las lectoras mujeres,  en el extranjero también hay machismo. Pero cómo lo gestiones definirá quien quieres ser. Mi consejo: úsalo a tu favor. No reniegues de lo que eres, ni cambies tu personalidad. No compitas con ellos. Es más fácil que todo eso: no seas sólo buena en tu trabajo, sé dos veces mejor.

Estoy tremendamente agradecida por la experiencia que estoy viviendo y jamás me he arrepentido de la decisión que tomé. Hay días buenos. Hay días menos buenos. Y a veces no es fácil. A quien te diga lo contrario no le creas. Esto no es sólo cuestión de adaptación, sino también de fortaleza mental. Pero en conjunto el balance es tremendamente positivo. Estar fuera no sólo te da la oportunidad de aprender idiomas, se conoce gente que formará parte de tu vida y se convertirá en tu familia. Te enriquecerás con las costumbres de los demás y tu visión del mundo cambiará para siempre. Hoy soy una persona con el corazón dividido entre España y Alemania. Con la nostalgia infinita del que no se sabe ni de allí ni de aquí. ¿Volveré? Sólo venía para dos años. Seis años después aquí sigo. Pregúntamelo dentro de otros dos.

 

Victoria Gómez Ruiz-Toca

Victoria Gómez Ruiz-Toca es Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Cantabria. Actualmente trabaja como Project Manager Offshore Foundations en Alemania.

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