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Merece la pena salir de España

2015, la transición a la vida profesional

En este post básicamente quiero plantear la siguiente pregunta: ¿Merece la pena salir de España? Con su correspondiente respuesta: ¡Sí! No importa si te lo planteas simplemente como algo temporal, siempre es una buena opción salir y enfrentarte sola a nuevas situaciones.

En mi caso fue todo cuestión de dejarme llevar y aprovechar la situación que se me presentaba. Y el resultado fue –a pesar de las dudas iniciales– justo lo que necesitaba para conocerme mejor, decidir qué quiero conseguir e ir definiendo el camino por el que plantear mi vida profesional.

Desde mi punto de vista, se trata de salir de la zona de confort para poder observar tu vida desde una perspectiva mucho más amplia.

IAESTE Caminos Granada

En el curso 2014/2015 sólo me quedaba para concluir Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos el Proyecto Fin de Carrera, por lo que decidí que ya no viviría en Granada. No obstante, consideré una buena idea seguir siendo socia de IAESTE. Estaba convencida de que mediante esta asociación obtendría mi primera experiencia profesional; además tenía que aprovechar todas las opciones que te da el ser estudiante de la Escuela.

Me equivoqué y, finalmente, esta primera oportunidad llegó en febrero de 2015 de la mano de Hidralia S.A. y a escasos 20 km de mi casa familiar.

No obstante y simultáneamente a mi incorporación a esta empresa, recibí en mi correo las prácticas que habían quedado vacantes en IAESTE CAGR. “Colombia”, leo entre algunas otras. ¿Y por qué no probar? Podía irme allí tras acabar mis prácticas y darme la oportunidad de conocer mundo y otras opciones de trabajo.

Mi pasantía en Colombia

A finales de agosto de 2015, tras haber conseguido unas prácticas de 4 meses en la UPB de Bucaramanga (Colombia), mi espíritu aventurero estaba encantado por descubrir por sí mismo cómo era y qué me tenía preparado este país. Así que emprendí el viaje con una maleta más bien ligera y muchas ganas.

Bucaramanga es una ciudad mediana, sin la sobrepoblación de Bogotá y con universidades y muchas opciones de ocio, ¡además de naturaleza! Tuve la suerte añadida de tener allí una anfitriona de lujo, antigua vecina de mi pueblo, que me acogió los primeros días mientras buscaba una habitación en alquiler. Para mí, que me enteré de este hecho pocas semanas antes de emprender la aventura, esto fue todo un descubrimiento y la prueba de que la globalización y los flujos migratorios han conseguido que este tipo de viajes sean mucho más fáciles.

1Cascada Tres Gracias en Floridablanca, Bucaramanga

Es así como desde el primer momento que aterricé en Colombia, pude constatar que la amabilidad de la gente sobrepasa la media española.  Tras algunos días de ‘okupa’ alquilé una habitación en un apartamento a compartir con su dueña y otro chico, que también estaba de alquiler.

Después de un par de semanas en este nuevo país, me sentía como en casa y había hecho buenos amigos, con los cuales aproveché para viajar y conocer diferentes lugares: Cartagena de Indias, el Eje Cafetero, Medellín, el Parque Natural Tayrona, etc.

2Una de las tantas mariposas que pude observar en Colombia

Respecto a estos viajes, puedo decir que como ciudad me quedo sin duda con Medellín. En cuanto la conocí, a ella y a su tte. público, comprobé que era una ciudad a la que no me sería difícil adaptarme (como dicen por allí, ésta podría ser la ciudad más “europeizada” de Colombia). No obstante, lo mejor de Colombia fueron sus pueblitos y su naturaleza. A pesar de los mareos que tuve que sufrir en los diferentes viajes que realicé en autobús, todos merecieron la pena. En ellos además me salía mi vena ingenieril, permitiéndome soñar con grandes obras civiles que acortasen esos trayectos.

3Subiendo a lo más alto de Medellín en Metrocable

Y aunque mis prácticas en la UPB me dieron a conocer líneas de estudio que hasta entonces desconocía y me enseñó a trabajar por objetivos, de esta época me quedo sin duda con el aprendizaje personal. Conocer a gente de diferentes partes del mundo y compartir juntos la experiencia de vivir, trabajar y conocer un nuevo país te hace más humilde, observadora e incluso paciente.

La vuelta a España

Finalmente y al igual que hace el turrón, volví a casa por Navidad, con una amalgama de sensaciones mezcladas: especialmente tristeza y felicidad, pero también muchas dudas sobre mi siguiente paso.

Pero cuando andaba inmersa en cursos online, clases de inglés y mucho más tiempo libre del necesario, me reincorporé a la empresa en la que había hecho prácticas justo antes de comenzar mi aventura en Colombia. Porque a veces para quedarse en casa también es necesario salir.

Ana Barranco Liñán

Ana Barranco Liñán es Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Granada. Actualmente desarrolla su carrera profesional en Hidralia S.A. dentro de la ingeniería sanitaria.

1 comentario

  • Muy interesante tu post «colombiano» Ana! Imagino cuántos sitios interesantes puede enseñar Colombia, y cuántas oportunidades debe ofrecer para desarrollar nuestra profesión, a pesar de las condiciones de trabajo, que por lo que conozco son discutibles. Pero si algo ha sacado a relucir mi añoranza, es tu última frase, «porque a veces para quedarse en casa también es necesario salir». Sin duda, este tipo de experiencias nos ayudan a crecer como personas, y a darnos cuenta de lo que teníamos antes de salir de casa por un tiempo. Sin embargo, a veces ni nada ni nadie nos asegura el poder volver a nuestra tierra, así que debes sentirte afortunada de poder desempeñar tu profesión, nuestra profesión, cerca del hogar que te vio nacer. Mucha suerte en tu nueva etapa!