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Otro día en el paraíso

Bueno, quizás Inglaterra no sea el paraíso – o más bien lo contrario – pero cuando me pidieron que escribiera este post me dijeron que buscara un “título con gancho”, y vender Inglaterra es bastante difícil así que eso fue lo mejor que se me ocurrió. En cualquier caso, ahora que tengo tu atención, me gustaría compartir contigo la historia de cómo acabé en este “paraíso”. Y es que como todo buen español que viene a Reino Unido, mi historia comenzó haciendo hamburguesas.

Es broma. Esa foto es de una barbacoa que hicieron los de mi empresa en verano de 2015 en la que me ofrecí como voluntario para ayudar. Lo cierto es que fui uno de los pocos afortunados que llegó a Inglaterra con un trabajo “de lo suyo” ya en el bolsillo. En febrero de ese mismo año me encontraba yo en la playa (lo sé, suena raro, pero es que soy de Gran Canaria). Estaba dándome un baño con mi mejor amigo, Kiko, cuando se le ocurrió la genial idea de ir a por unos helados. Cogí mi cartera y el móvil y fuimos al supermercado. Mientras esperábamos en la cola para pagar nuestros cornetos, mi móvil empezó a sonar, mostrando un número muy largo en la pantalla. Respondí, y para mi sorpresa eran los de Jacobs Engineering, una empresa de ingeniería multinacional a la que había enviado mi currículum hacía un mes y pico. “Queremos hacerte una entrevista”, dijeron. “Estupendo”, dije yo, “¿por Skype?”. “No, en nuestra oficina en Reading”, contestaron. “¿Dónde?”, pregunté. “En Reading”. “¿Dónde?”, volví a preguntar. “En Reading”. Yo no tenía ni idea de qué era Reading. Astutamente, le pedí que me mandara los detalles por email. Y así descubrí que Reading era una pequeña ciudad a una media hora de Londres.

A las dos semanas aterricé en Londres, con pocas esperanzas de que me cogerían en la entrevista. Cuando llegué a la oficina me impacté bastante. No sabía muy bien como un chico de una pequeña isla en medio del océano había terminado acudiendo a una entrevista en semejante edificio.

Mi entrevistador, Dave, me empezó a preguntar sobre ejemplos de momentos en los que yo hubiese resuelto un problema, o hubiese formado parte de un equipo, etc. Tenía un tocho de papel con diez preguntas, pero después de la tercera pregunta, tiró los papeles a un lado, me miró y me dijo: “No tengo que preguntarte nada más. Te quiero en mi equipo”. Recuerdo aquellas palabras como una de las cosas más bonitas que me han dicho nunca. Y se me dibuja una sonrisa en la cara mientras recuerdo aquel momento. Dave no lo sabía, pero me acababa de cambiar la vida. Salí del edificio con lágrimas de alegría en los ojos. Algo que parecía imposible, se había hecho posible. El chico de Gran Canaria sin ninguna experiencia laboral, que había cogido un vuelo y recorrido 3600km para acudir a una entrevista en una multinacional americana, había conseguido el trabajo. Increíble.

Un mes más tarde llegaría a Reading con una maleta grande, una pequeña, y una mochila a la espalda. Todo lo que necesitaba para mi nueva vida. Estaba lleno de ilusión, y lo que me encontré en esta pequeña ciudad superó todas mis expectativas. Fui a vivir a una casa de estudiantes Erasmus, sin duda la mejor decisión que he tomado nunca. Mi vida se convirtió en un Erasmus, pero sin exámenes y con un sueldo decente a fin de mes. En mi primera semana en Reading estuve en 7 fiestas y conocí docenas de personas (o quizás fueron cientos). Personas de todas las nacionalidades, culturas, religiones y colores. Ese intercambio cultural me ha definido como persona a través de los años, y por ello le doy las gracias al entrevistador Dave Snowden.

Pero bueno seguramente te estarás preguntando qué tal el trabajo. No podía quejarme. Tenía un equipo estupendo, también multicultural, del que he aprendido muchísimo. Me dieron todas las oportunidades que necesitaba y más. Comencé mi carrera como Graduate Civil Engineer, y después de un año en la empresa, me mandaron al “Graduate Weekend”, un evento donde llevan a otros Graduates de toda Inglaterra para hacer networking. Fue un fin de semana muy interesante en el que conocí a personas espectaculares. La siguiente foto es de la noche de gala. ¡Ah, y todo pagado por la empresa por supuesto!

En mi equipo de trabajo lo pasamos muy bien, a veces demasiado diría yo. Y creo que es algo muy positivo, ya que me levantaba siempre motivado por las mañanas para ir al trabajo. A veces hacíamos salidas a tomar helado en verano (por si no has estado nunca en Inglaterra, el verano suele caer un miércoles de Julio). También hacíamos concursos a ver quién podía comer más pizza en menos tiempo:

Casi 4 años más tarde, aún me sorprendo de la cantidad de trabajo de ingeniería que existe en este país. Tengo muchos amigos ingenieros en España intentando conseguir trabajo, y algunos de ellos, después de haber terminado una carrera superior con máster, están repartiendo panfletos para discotecas. Una verdadera pena. Mi consejo sin duda para todos aquellos ingenieros en una situación similar es: ¡vengan a Inglaterra! Quizás no sea el paraíso, pero la cantidad de trabajo y la multiculturalidad creo que sin duda pueden ser más que suficiente para motivar a cualquiera a dar el salto. Para mí, venir a Inglaterra ha supuesto muchas cosas:

He crecido como persona a unos niveles que me habría costado décadas si me hubiera quedado en España, he conocido a mi novia, he conocido a cientos de personas de todo el mundo súper interesantes, he aprendido sobre otras culturas, he aprendido muchísimo sobre ingeniería, he desarrollado interés en otros temas que quizás no habría desarrollado en España (como psicología y motivación), he dado charlas de motivación por varias ciudades del país… Después de todo, ¡quizás este país sí se pueda considerar un paraíso en algunos aspectos!

Si te gustaría saber más sobre mí y mis aventuras, visita carlosterol.com

¡Muchas gracias!

Carlos Terol

Carlos Terol es Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Alicante. Actualmente trabaja como Senior Civil Engineer en Jacobs.

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