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Todo lo que te espera allá afuera

Cuando cursé Ingeniería Civil y el Máster Doble en Ingeniería de Caminos y Economía; nunca hubiese imaginado que acabaría trabajando en el mundo IT en Milán.

Todo comenzó cuando contaba con tan solo 19 años. En ese año tuve la experiencia que cambiaría para siempre mi vida: irme de Erasmus a Viena. Esto no solo me permitió vivir durante un año en una gran ciudad, como lo es la capital austriaca, sino que allí pude aprender nuevas lenguas, convivir con personas de distintos países, que hasta el momento ni tan siquiera ubicaba bien en el mapa, y con ello, aproximarme un poquito a sus culturas.   Quizás lo más importante fue el cambio interno que esto suscitó en mí: perdí el miedo irracional a lo desconocido. Pasé de ser una chica que no era capaz de pedir (en una lengua que la azafata pudiese entender) el desayuno en el avión de ida, a vivir y desarrollarme, en menos de cuatro años, en cuatro entornos diferentes.

Imagen 1- Museumsquartier (Viena)

Imagen 1- Museumsquartier (Viena)

Una vez de vuelta en España, no habían pasado meses, cuando ya había fijado mi próximo objetivo: Estados Unidos. Con este acuerdo cumplía uno de mis sueños: poder estudiar, aunque solo fuese por un par de meses, en EEUU. Después de mil papeleos, visados y certificados médicos, el día 1 de enero de 2016 aterricé en Seattle. Allí todo era distinto: la Universidad de Washington, con sus bibliotecas al más puro estilo Harry Potter, más instalaciones deportivas en un campus que en la totalidad de algunas ciudades españolas, poseía ese ambiente tan alternativo y progresista que solo se puede encontrar en Seattle. El sistema educativo en la UW es insuperable, nunca había estudiado más y más constantemente en toda mi vida académica. La metodología seguida para la evaluación consistía en entregas semanales, sin descanso, lo que nos permitía aplicar todo cuanto veíamos teorizado en clase a ejemplos de la vida real desarrollando proyectos en grupo y fomentando, con ello, el trabajo en equipo y la autodeterminación personal. Aquí realicé mi trabajo de fin de grado en un proyecto de investigación en colaboración con el Departamento de Energía de los Estados Unidos; realizando Modelos de simulación del aumento de emisión de gases invernadero.

magen 2- Biblioteca Universidad de Washington (Seattle)
Imagen 3 – Campus Universidad de Washington (Seattle)

El día 10 de junio del 2016… ¡Hola otra vez, España!  Meses después empezaría una nueva etapa en la UGR (Universidad de Granada) el Máster Doble. Fue más duro de lo que pensaba: los extenuantes días de clase por la mañana en Economía y por la tarde en Caminos; el periodo de exámenes en el que no sabía ni por dónde empezar; a qué darle prioridad a qué no… Pero resultó ser una buena decisión el hacer en Máster en Economía: las clases de Economía Industrial y IT Strategy me mostrarían la existencia de lo que ahora es mi mundo: Information Tecnology y el Business Intelligence.

Apenas había llegado a España cuando ya estaba buscando el próximo destino. Esta vez sería “La Città Eterna”, Roma. Conseguí una beca de Erasmus Prácticas para trabajar en una Consultora de Ingeniería Civil y Arquitectura en Roma en la que pude participar en un proyecto de restauración y ampliación de un hotel.

Imagen 4 – Trastevere (Roma)

Durante este periodo, tuve la suerte de conocer a Michael Ottensmann, el que además de trabajar en una consultoría, es fundador de la ONG “WeDev Water”. Él fue quien me explicó toda la labor que se realiza en Uganda con el tratamiento del agua en zonas rurales del país. Me convenció al instante y se me ofreció entonces la posibilidad de realizar mi TFM en el proyecto de potabilización de agua con energía solar en la Isla de Zinga, situada en el Lago Victoria.

Cuando llegué a Entebbe y Kampala noté la diferencia, pero Zinga era realmente otra realidad a la que mi imaginación no llegaba. El nivel de pobreza en la isla es extremo. El acceso a gran mayoría de los productos alimentarios básicos es muy limitado. Las casas no tienen las medidas básicas para el aislamiento; no tienen ninguna instalación sanitaria nilas medidas de higiene sanitaria mínimas. Todo esto, ha desencadenado varias consecuencias graves como la crisis de cólera de hace un par de años, y consecuencias menos impactantes como la sarna (que padecen prácticamente la totalidad de los niños del centro) y continuos resfriados.  Esta insalubridad y estilo de vida marginal radica en graves consecuencias sociales: por un lado, existe un grave problema de adicción al alcohol que, por otro, deriva en incontables casos de maltrato hacia mujeres y niños. Gracias a la colaboración y el trabajo de distintas ONG, ha llegado la escolarización y la apertura de un centro sanitario en la isla. Esto ha tenido un fuerte impacto en la población concienciada, cada vez más, de la importancia de estos dos pilares básicos en una sociedad próspera. El número del alumnado matriculado en la escuela está en continuo crecimiento y los habitantes de la isla empiezan a creer y confiar en los efectos positivos de la medicina occidental, ya que en la isla hasta el momento solo existían los chamanes.

Imagen 5 – Zinga (Uganda)
Imagen 6 –  Zinga (Uganda)

Durante el segundo año de Máster, empecé una nueva etapa en Accenture, pero esta vez en Milán. Al contrario de mis expectativas, no todo resultó ser Spritzs, en Accenture aprendí muchísimo y entendí porque es una de las mejores consultoras del mundo y uno de los referentes en el sector. En un año entre Accenture y Everis, pude aprender todo el ciclo del desarrollo de sistemas informáticos, programación, análisis funcional de procesos, formación a los usuarios finales… Sin duda una experiencia inolvidable y de gran valor. Poco tiempo después se me presentó una de esas oportunidades a las que no puedes decir que no: recibí una oferta de trabajo en KPMG para trabajar en Information Risk Management y Business Intelligence. Llevo aquí solo unos meses y no necesito más tiempo para comprender su relevancia y prominencia en el sector. El servicio es siempre de la más alta calidad, la formación de los trabajadores es constante y tengo el honor de decir que trabajo con personas brillantes.

Imagen 7 – Duomo (Milano)
Imagen 8 – Galeria Vittorio Emanuele (Milano)

Así que ya veis, aún agradezco a mi madre que me animara a irme a ese Erasmus en Viena y me da miedo pensar que si lo hubiese rechazado, como tenía intención de hacer, no hubiese podido vivir todas estas experiencias que, sin duda, llevaré conmigo toda la vida. Lo más importante y destacable es que estos cambios no sólo te hacen crecer de forma profesional sino que te hacen crecer como persona, y es lo que más valoro.

Isabel Mendez Mora

Isabel Mendez Mora es Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Granada.

1 comentario

  • Muy bien Isabel!!

    Me ha encantado el articulo, yo mismo vi el cambio que tuviste después del erasmus en el que, si me lo permites, creo que saliste del cascarón y volaste hasta la cima de la montaña.
    Por cosas de la vida no hemos coincidido mucho despues de esto pero veo en este articulo lo que veía entonces; te has convertido en una persona espectacular, además de la excelente ingeniera que ya eras! Enhorabuena!!

    Muy buen articulo, muchas gracias por compartir !!