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Una Aventura premeditada

La mía, como la de tantos españoles, es una historia más que sumar. Una aventura que, como la de muchos, contiene esfuerzo, frustración, desesperación y finalmente lucha y éxito. Me llamo Sandra, tengo 28 años, nací y estudié en Valencia y me gradué en Arquitectura Técnica y en Diseño de Interiores en 2013 y 2016, correspondientemente. Siempre me he considerado una persona bastante creativa y por eso, cuando estaba finalizando el primer curso de mis estudios para formarme como Arquitecta Técnica, decidí emprender otra carrera paralelamente como Diseñadora de Interiores. Esta decisión, crucial en mi vida profesional, era la que me iba a completar y satisfacer, pudiendo desarrollar mis conocimientos técnicos y aplicarlos a proyectos creativos. Pues bien, aun sabiendo que el sector estaba golpeado por la crisis económica y que no iba a ser un camino fácil, terminé ambos estudios.

Fotografía realizada en Valencia por Senchermes

El último curso de Arquitectura Técnica 2012-2013 lo realicé en Holanda. Durante ese año viviendo y estudiando en otro país, aprendí nuevas experiencias. De entre las más importantes fue descubrir que lo que estaba sucediendo en nuestro país no era en absoluto normal y que el mundo, a pesar de todo, estaba lleno de oportunidades. Esta experiencia me permitiría prepararme para el futuro, en el caso de que quisiera vivir y trabajar en el extranjero. Así que decidí centrarme en finalizar mis estudios y mejorar mi nivel de inglés por lo que pudiera venir después.

Fotografía del día de la orla de Arquitectura Técnica. Universidad Politécnica de Valencia

Al regresar a Valencia me encontré con otro momento decisivo: todavía debía invertir dos años más para terminar el grado de diseño, privándome de independencia y solvencia económica, aspectos que personalmente siempre he considerado importantes. A pesar de todo, sabía que merecería la pena y que finalmente me vería recompensada. Mientras tanto busqué oportunidades laborales para empezar a adquirir experiencia lo antes posible. Realicé diversas experiencias de prácticas profesionales durante estos dos años, pero por desgracia, o por fortuna, ninguna de esas empresas necesitaba contratar a más personal.

Fotografía de la entrega de premios de proyectos finales de grado de Diseño de Interiores organizado por el CDICV

Una vez terminados mis estudios me enfrenté al momento en el que creía que lo más difícil ya había pasado y que lo que viniera después no podría ser peor. Ese momento en el que confiaba en que todo el trabajo y esfuerzo que había invertido durante años sería recompensado y podría dedicarme a lo que había estudiado y “ser feliz para siempre”. Nada más lejos de la realidad: después de todo el esfuerzo, llegó la decepción. Mientras buscaba intensamente trabajo, no podía evitar pensar que nunca cumpliría con los requisitos que me exigían para poder contratarme: años de experiencia imposibles de sumar si nadie te da una oportunidad y condiciones de trabajo muy inferiores a las expectativas. Te das cuenta de que por muy formada que estés no te valoran por lo que eres o lo que deberías ser y de que al final el factor suerte debe jugar a tu favor.

Finalmente, tras muchas decepciones, tras muchos “no” como respuesta, conseguí un trabajo medio decente, que ni por asomo fue lo que me habían ofrecido. Pero acepté muy contenta, en gran parte por desesperación. Tras meses de trabajo muy poco valorado, fui consciente de que la situación en mi país, al menos en lo relativo al sector de la construcción, era poco gratificante en general. Llegó el momento en el que comprendí que, en mi caso, emigrar era la mejor solución.

Mi destino: Londres (Inglaterra)

Fotografías del equipo de mujeres del departamento “Store Development” en la oficina central de Debenhams, realizadas para el proyecto “Image of women in construction” de Morley von Sternberg

Siendo una de las mayores capitales de Europa y con múltiples experiencias satisfactorias de compañeros y amigos, tenía claro que mi destino tenía que ser Londres. Además, por motivos personales tenía sentido mover ficha allí, debido a que era la ciudad de mi pareja. Gracias a él, descubrí que Londres tenía mucho que ofrecer a nivel diseño y arquitectura. Pude viajar en diversas ocasiones previas y comprobar con mis propios ojos el valor que tenía el diseño de interiores en la sociedad británica. Me di cuenta de que el ochenta por ciento de espacios que visitaba habían estado diseñados por profesionales y supe que oportunidades no me iban a faltar. Cada visita a la ciudad me abrió más los ojos hasta que me di cuenta de que era un lugar donde quería vivir y descubrir cada rincón. Otro punto a favor fue que mi nivel de inglés había mejorado mucho desde el 2012 debido a experiencias profesionales con clientes de diferentes partes de Europa. Llegué a Londres en mayo de 2017, con dos títulos bajo el brazo, algo de experiencia laboral en España y con un nivel de inglés que me permitía entender y expresarme. Previamente me había preparado el curriculum y portfolio en inglés y había empezado a solicitar empleos. Esto me permitió analizar la situación mientras seguía trabajando en España. Recibí varias llamadas a mi número de teléfono inglés ofreciéndome oportunidades de hacer entrevistas, pero hasta que no estuviera en Inglaterra no podía seguir hacia adelante con el proceso.

Cuál fue mi sorpresa cuando antes de aterrizar ya había conseguido dos entrevistas relacionadas con la profesión y durante el mes siguiente terminé haciendo diez, de las cuales en tres me querían contratar. Ese proceso fue en total un mes y medio de incertidumbre y nada fácil de llevar, pero en todo momento mantuve una actitud muy positiva porque intuía que era cuestión de tiempo.

Actualmente, son ya nueve meses trabajando para Debenhams, una de las empresas de grandes almacenes más importantes del país. Mi posición en la empresa es de “Assistant Design Manager” en el departamento de “Store Development”. Se trata de un trabajo técnico y creativo en el sector “Retail” desarrollando las nuevas aperturas de tiendas y reformando las antiguas desde el proyecto inicial hasta su ejecución.

Fotografía de la fiesta de Navidad de Debenhams organizada en Fabric (Londres)

A día de hoy, estoy muy orgullosa de todo lo que he conseguido por mis propios méritos. Me siento realizada y contenta de ser capaz de desarrollar un trabajo totalmente relacionado con mis estudios a pesar de enfrentarme cada día a un idioma y cultura diferentes. Todos estos meses he crecido a pasos agigantados como profesional y como persona y estoy segura de que, a partir de ahora, mi esfuerzo sí que va a estar recompensado.

Aprovecho para agradecer a José Aguilar por querer incluir mi historia en Caminahora y, sobre todo, a mi familia por su constante apoyo.

Sandra Moya Cueto

Sandra Moya Cueto es Arquitecta Técnica por la Universitat Politècnica de València (UPV). Estudió Diseño Interior por La Escola d’Art i Superior de Disseny de València.

2 comentarios

  • Hola Sandra!
    Molt bon relat. M’alegre que et vaja bé. Definitivament hi ha un fum d’oportunitats a UK. Jo vaig trobar la meua primera feina d’enginyer civil a Copenhaguen en agost de l’any. No va ser fàcil, fonamentalment per l’idioma; en la majoria d’anuncis de treball demanen saber parlar fluit en danés, no sol ser prou amb l’anglés. Jo també porte treballant nou mesos i la veritat és que ben content. Hem de ser un quants gavineros pel món!
    Una abraçada